Incendios, ahora en serio

Los bellos pastizales fueron un día bosque y monte, que pueblos de pastores desbrozaron a fuego (borrones, nombre autóctono). Hay un fondo ancestral arboricida, vale. Hubo montes comunales de los que se adueñaron entes municipales consorciados con el Estado y ese despotismo histórico repobló sin contar con la gente, vale. El campesino se siente marginado y perseguido, muchas veces con razón, y hay olvidos culpables, vale. Encima se cuida poco el monte, vale. Todo eso, macerado en un discurso con terminales urbanas, es yesca cuando la climatología ayuda, vale. Pero a los de la cerilla, que sean o no banda organizada suelen tener complicidades o encubrimientos en su entorno, hay que combatirlos, en efecto, como a terroristas (lo son). Y hasta ahora ni los que hacen las normas, ni los que las aplican, ni las fuerzas de orden se han tomado su trabajo en esto lo bastante en serio. ¿Vale?

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