Tribuna

Las claves de Oppenheimer

Cilian Murphy en ’Oppenheimer’.

Cilian Murphy en ’Oppenheimer’. / EPC

José Luis Raya

José Luis Raya

La película del momento es ‘Oppenheimer’. Todo el mundo habla de ella en las redes y en las tertulias. Qué duda cabe que va dirigida a un público determinado y que se sale fuera de la órbita del cine estrictamente comercial, aunque al mismo tiempo se desenvuelva en ese entorno; sin embargo, el que acuda al cine para ver algo parecido a ‘Fast and Furious’, mejor que no vaya.

El director, Christopher Nolan, parte de ciertas premisas y sobreentendidos que el espectador –iba a decir lector- ya conoce. Va dirigida a un público ciertamente instruido y de cultura general. Subrayo general porque es la única manera de disfrutarla e introducirte en la trama. Como si aún ejerciera mi profesión, sería una cinta estupenda para visualizarla en los centros de bachillerato y universitarios. Existen, además, una serie de temas transversales que la hacen rica y densa. Uno puede estar exprimiendo su mensaje o sus ingredientes y no acabar nunca, como el Universo que el protagonista escudriña, como la energía de la bomba de hidrógeno.

La lectura inferencial de la película ha de ser profunda, pues hay una serie de contextos y campos semánticos que como no los controles un poco te puedes perder fácilmente. He de admitir que he buscado el asunto de los isótopos con Noruega y el agua pesada, pues es algo fundamental para entender el mensaje (o mensajes) de la cinta.

El despliegue técnico es asombroso, especialmente el vibrante montaje, cuya labor es crucial para interpretar el discurso narrativo que propone la cinta, más cerca del documental que de la narración cinematográfica propiamente. De hecho, si redujésemos los (excepcionales) diálogos y añadiéramos una voz en off explicativa, nos encontraríamos ante un soberbio documental.

La técnica narrativa se distribuye básicamente en dos tiempos, marcados por escenas en color y en blanco y negro que canaliza el discurso narrativo. No se trata de un flash back sino de un tiempo pasado y antepasado, cada uno de estos momentos se centra en los dos juicios que Robert Oppenheimer tuvo que afrontar. El primero, el humillante, promovido por el resentido y compañero Lewis Strauss, un acomplejado científico, vendedor de zapatos en su juventud, que envidió el ascenso meteórico y la popularidad de Robert Oppenheimer. Fue un juicio a puerta cerrada, una encerrona realmente. Y un segundo juicio ‘más juicioso’ donde R.O. fue redimido y recuperó el prestigio perdido. L.Strauss fue auspiciado en su momento por el presidente Truman. De hecho, el presidente reniega de Oppenheimer cuando este le expresa, en una reunión, la célebre cita «siento que tengo las manos manchadas de sangre». A esto hay que añadir el sospechoso pasado comunista de R.Oppenheimer, al menos estaba rodeado de comunistas. A grandes rasgos esta sería la trama, que es histórica. De hecho se trata de un biopic. No podía dejar de recordar las envidias mortales que despertaba Mozart a Salieri. Pero esto es cosa mía.

Sin embargo, si el espectador desea exprimir la cinta y saborear su amargo jugo, habría que entender ciertas claves.

Contexto histórico: habría que situarse en las primeras décadas del siglo anterior. Se citan y se infieren numerosos datos como las dos guerras mundiales, guerra fría e incluso se alude a la guerra civil española porque Oppenheimer apoyó a los republicanos y comunistas con ciertas donaciones.

Contexto filosófico: se cita a Freud, Jung, Marx y se infiere a Hegel y Engels.

Alusiones culturales y científicas: al principio, de pasada, R.O. se detiene ante un cuadro cubista de Picasso. Si pensamos un poco, ese perspectivismo cubista alude a la descomposición, lo mismo que la fisión y la fusión. Algo fundamental para la creación de la Bomba Atómica y H, es decir, fisión y fusión, uranio e hidrógeno. La primera divide átomos, la segunda une átomos para formar otros más grandes. Esto último puede ser el desastre total de la Humanidad pues la energía que libera puede resultar infinita teóricamente. Me pregunto si el Sol, que utiliza la fusión en su interior, no podría llegar a destruir nuestro Sistema Solar al menos, ¿o acaso no es una fusión auto-controlada? Parecen cosas de Cuarto Milenio.

Campo semántico de la ciencia: fusión, fisión, uranio, hidrógeno, átomos, protones, neutrones, isótopos…

Alusiones históricas, personajes y científicos, incluso mitológicas (Prometeo): Einstein aparece como un ‘artista invitado’, pero es una pieza clave en esa trama (quizá ficción), que se resuelve al final. Truman, Eisenhower, Strauss, Groves, que dirige el proyecto, Hill, Robb, Bohr, Isaac Rabi, Ernest Lawrence, Neddmeyer, Borden. De ellos me gustaría destacar a Hill: su testimonio en el segundo juicio fue determinante para la exculpación de R.O; también nombra a un joven senador que fue decisivo en la exculpación: JF. Strauss estaba totalmente corroído por la envidia y se demuestra finalmente que estuvo obsesionado con Oppenheimer. De hecho, valiéndose de su influencia, eligió y compró a los que condenaron ‘en la encerrona’ a Robert Oppenheimer. R. Robb se convierte en el villano prácticamente. Durante la proyección quise saber más acerca del incidente Chevalier: amigo de Robert O. y posible espía

Vida privada: quizá sea la parte más melodramática de la cinta y la parte menos desarrollada; debería haber durado una hora más. Kitty es su abnegada esposa y mujer con carácter que apoya a su esposo incondicionalmente. Tatlock, su desequilibrada amante, que se suicida por amor o desamor. En otro momento, Robert Oppenheimer cede a su bebé indefinidamente porque no puede hacerse cargo. Su involucración por el proyecto era absoluta. Pero a mí me suscitan deplorables dudas acerca de su calidad moral y humana.

Momentos o escenas que más me han marcado, cada espectador destacará las suyas propias. Los hay que ya la han visto varias veces. Mi memoria me ayuda a revisarla fácilmente.

Creí ver el libro de Milton, ‘El paraíso perdido’. No estoy seguro; El cuadro de Picasso; las alusiones a nuestra Guerra Civil; el intento de envenenamiento de la manzana: yo vi una alusión al Génesis, pero es que yo veo demasiado; las atormentadas dudas amorosas de Tatlock, la entiendo perfectamente; la instalación del poblado científico, Los Álamos, sede del Proyecto Manhattan; la detonación de la bomba con 10 megatones (la prueba Trinity) es fundamental; las alusiones a Hitler por esa carrera nuclear. Se dice que su ignorancia entorpeció que los nazis se adelantaran; Las citas a la Unión Soviética y su poderío; el suicidio de Tatlock; las dudas y remordimientos de Openheimer por saber que se han matado a cientos de miles de personas inocentes; su patética entrevista con Truman; sus continuados intentos por victimizarse ante la opinión pública por lo ocurrido…

Si a todo este cóctel (o coctel) explosivo se le añade una prodigiosa banda sonora de un Göransson -durante toda la cinta escuchaba claros ecos de mis admirados P. Glass y Mertens-, más unas interpretaciones sobresalientes, más una técnica narrativa tan Nolan, nos encontraremos ante las nueva cinta que arrasará en los futuros Premios Oscar (u Óscar). De momento ya he encargado la novela en la que se basa, que ganó el Pulizter. No es para menos.

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