Arte-Fastos

A la orilla del mar

«Mar de Málagas», en el MUPAM, «integra pasado, presente y futuro» de los lazos histórico-artísticos de Málaga con el mar

Una imagen de la exposición 'Mar de Málagas', en el Mupam.

Una imagen de la exposición 'Mar de Málagas', en el Mupam. / Javier Ramírez

José Manuel Sanjuán

José Manuel Sanjuán

Málaga y el mar. ¿Cuántas veces se ha recurrido a ese título para exposiciones o concursos de pintura? Aún recuerdo, allá por los ochenta, en pleno turbión vanguardista, la persistencia y repercusión mediática de esas citas, que ahora menciono a vuelapluma: los concursos anuales convocados por el Real Club Mediterráneo, vigentes desde 1984; los certámenes de Artes Plásticas, promovidos por la Asociación Española de Pintores y Escultores; las colectivas monográficas (y multitudinarias) de la galería Benedito, que en marzo de 1996 la dedicó a esta temática; y ya en este siglo, la espléndida Málaga marinera (junio 2006), colectiva de cinco prestigiosos autores, que organizó y celebró (con gran boato y la edición de un primoroso catálogo) la Cooperativa Farmacéutica Andaluza (Cofarán) en su sede malagueña.

Tan solo son unos ejemplos, entre los muchos posibles, de los lazos artístico-históricos de Málaga con el mar e, irremediablemente, con su puerto, porque ambos forman «una especie de síntesis que identifica al ser natural de esta tierra», según afirma Julián Sesmero. Y esa es la primera impresión que recibe el visitante, aunque no sea autóctono, de la exposición Mar de Málagas, que estos días ofrece la sala 3 del Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM). Articulada en cinco secciones que abarcan desde finales del siglo XIX hasta el momento presente, la muestra exhibe 22 pinturas y un audiovisual con 60 fotografías de la colección del Museo; selección que incorpora un soporte literario (Rubén Darío, José Bergamín) con la intención de «integrar pasado, presente y futuro de la ciudad, bienes patrimoniales y relatos simbólicos», en palabras del comisario, J. Óscar Carrascosa.

Pero esa voluntad dialógica se solapa pronto ante la potencia icónica de lienzos memorables, como La moraga de Horacio Lengo (1879), antesala costumbrista que prosigue con el realismo moderno de Carlos de Haes o lírico de Emilio Ocón, el eclecticismo de Gómez Gil y Verdugo Landi, hasta llegar, tras una marcada inflexión cronológica, a la figuración pulcra y narrativa de Esteban Arriaga y Vicente Gómez Navas (2000). La presencia marítima no es ajena a las corrientes renovadoras malagueñas, desde aquel neorrealismo lúdico de los ochenta, que acogía referentes locales en tono distendido (Cita en el Maricuchi, Daniel Muriel), hasta las derivas contemporáneas: festivas (carteles de feria de Lorenzo Saval y Bola Barrionuevo), críticas (José Luis Puche), reivindicativas (Andrés Mérida Guzmán) o simbólicas (Sebastián Ruiz Navas). A pesar de algunas ausencias notables, los artistas aquí reunidos, decimonónicos o actuales, asumen con naturalidad e incluso complacencia su vinculación a una ciudad que siempre ha vivido (y convivido) a la orilla del mar.