Viento fresco

No hay tiempo

No veas la pereza tener que hacer una guerra civil después de todo el día currando y de haber llevado al niño a las extraescolares

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, en la manifestación contra la amnistía celebrada el lunes ante la sede del PSOE en Madrid

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, en la manifestación contra la amnistía celebrada el lunes ante la sede del PSOE en Madrid

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Hay un pestazo como a guerra civil, menos mal que nuestro odio e indignación hace pausas, pausa para ver la Champions, pausa para hacer la compra, pausa para vivir. No hacemos una guerra civil porque tenemos que llevar al niño a una extraescolar y ya no damos para más. Imagínese usted tener que ponerse a dar tiros en una trinchera o tener que fusilar a alguien después de dos horas esperando al niño que no termina la clase ni termina de vestirse ni termina de merendar ni de querer ir a casa de una vez. No hacemos una guerra civil porque tenemos una hipoteca que pagar y hay que terminar de ver la serie de los Javis y a ver si se va a suspender la comida de Navidad de la empresa, que ya tenemos medio pagada. España se rompe pero está durando más que el abrigo marrón, que ya lleva con nosotros un lustro a lo menos y convendría ir cambiándolo. Pereza. Todo es griterío pero la gente no lo oye porque está escuchando un podcast sobre cómo alcanzar la relajación o a un tiktoquero que explica cómo preparar una tortilla de patatas. Abascal se indigna y se planta en Ferraz, pero a las siete de la tarde, ya con la jornada y la siesta echada, le da tiempo a indignarse, pedir un Uber, llegar a su casa y que aún sea buena hora para cenar, no hidratos ni fritos, que con machacarse en el gimnasio no basta, y ver El intermedio, programa estupendo, de humor, rojete, que no sabemos por qué no tiene réplica en una de esas cadenas en la que de madrugada emiten tertulias en la que gente tirando a fea despotrica siempre de los mismos. Podría ser un programa estupendo, de humor, derechoso, pero falta un Wyoming en la derecha, que a lo mejor es Pablo Motos o Juan del Val, que podría ser Juan del Vale, que vale para todo y tiene cháchara para cualquier asunto por rocoso que sea, si bien va tirando también casi siempre por el mismo sendero. No el sendero de Kubrick, senderos de gloria, biblia del antimilitarismo, con Kirk Douglas en el inolvidable papel del coronel Dax, aquel que espeta a un mando engreído aquello de Samuel Johnson, el patriotismo es el refugio de los canallas. Él también se negaba a una guerra, que no era civil y sí la primera en gran devastación, con las ratas pululando por las trincheras, la sarna saliendo por los ojos y los jóvenes pobres tiñendo de rojo los campos de amapolas. Que eso sí que sería un pestazo.

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