Tribuna

El té de mi madre

"Tiene la receta mágica de la marmita. Ella lo llama té. Se toma varios vasos diarios y no la veréis pasar por ninguna farmacia"

Ana Belén Palomo

Ana Belén Palomo

Mi madre desciende de la familia de Astérix, pasando por Benagalbón, con el permiso de Salado. Ella es más de dulce y tiene la receta mágica de la marmita. Ella lo llama té. Se toma varios vasos diarios y no la veréis pasar por ninguna farmacia. La receta os la dará «a puñados» y con la explicación científica de para qué sirve cada ingrediente: le echa té verde, a granel de El reloj, que es bueno para espabilarte; raíz de jengibre, a rodajas gordas, que es buena para la garganta; corteza de limón y de naranja, que son buenas para el resfriado porque llevan vitamina C; clavo que es bueno para antioxidarte; canela en rama que es buena para no sé y algún ingrediente secreto de cuyo nombre tampoco quiere acordarse.

Yo procuro consumirlo con responsabilidad y solo cuando me siento mayor de edad, pero el otro día estaba en la cama medio muerta con otitis aguda y nasofaringitis, o eso me dijeron. Me perdí hasta la clase en San Telmo, con eso lo digo todo. Pues resulta que mi madre manda a mi padre a mi casa con un termo de «a litro» y me dice «aquí tienes té de tu madre, que está calentito». Como me aliviaba la garganta, me tomé un vasito a las 15h, dos a las 17h y otro a las 19h, porque seguía calentito, dios sabe cómo. Me lo tragué sin azúcar ni nada, a lo loco. Acosté a los niños y me metí en la cama medio febril, pero de repente me di cuenta que a pesar de todas las medicinas que llevaba encima, que me habían tumbado días atrás, no tenía sueño, ni una pizca… En lugar de eso, me sorprendió una extraña lucidez y me puse a leer dos casos de San Telmo, participé en los foros del Campus Virtual hasta las 23h y retomé la lectura de ‘El problema final’, de Pérez-Reverte, que tenía rezagado. A la 1h seguía sin sueño y me puse a escribir un capítulo para mi tesis, Desinformación y fake news por un tubo. A las 3h me estaba matriculando en un curso on line de la UMA, me levanté de la cama para buscar la tarjeta de crédito, bajando las escaleras haciendo estiramientos tipo Flashdance. A las 5h estaba escribiendo un artículo sobre Inteligencia artificial para La Opinión de Málaga, que quedó hasta bien. A las 7h sonaba el despertador mientras yo ya estaba haciendo el desayuno para los niños y para Carlos Alsina. No dormí nada de nada, ni una cabezada, por primera vez en mi vida y estaba como una rosa. A las 11h he llamado a mi madre, sin toser y sin dormir. Me dice que le echó poco té para que pudiera descansar ¡Menos mal! No la busquen ni le pidan la receta, se la volverá a inventar. Ella guarda su secreto como cuida a su familia por los siglos de los siglos y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.