Opinión | En corto

La IA no deja oficio a salvo

La llamada Inteligencia Artificial generativa, capaz de escribir «buenas» novelas, amenaza acabar con el nicho de empleo del negro-de-escritor, que no solo ha evitado la inanición de muchísimos buenos escritores sin fortuna sino que ha sido incubadora de no pocos grandes literatos, entre los que hay premios Nobel. A ese desdichado efecto se añadirá que millones de sedicentes escritores sin el menor arte ni aplicación engrosen las filas de esas nuevas profesiones de adictos al vivir sin trabajar -el verdadero oficio más antiguo del mundo- y del aparentar para ser. Nunca sabrán de ese momento mágico en que al escritor, en su lucha cuerpo a cuerpo con una frase o párrafo armado de palabras, se le levanta de pronto la tapa de los sesos y ve como todo encaja, echándolo al papel camino del lector, pero puede funcionar en el mercado. El trash food ha existido siempre en la literatura.

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