Opinión | Tribuna

Paradigma de resiliencia

La afición del Málaga CF agotó de inmediato las 2.000 camisetas del 120 aniversario.

La afición del Málaga CF agotó de inmediato las 2.000 camisetas del 120 aniversario. / Álex Zea

Escuché por primera vez hablar de resiliencia en una clase de una coach a la que tuve que acudir por trabajo: «Vaya mamarrachada», pensé. ¡Iluso! Nunca pude imaginar que esa capacidad de adaptación llegaría a ser el nombre de un programa estatal. No lo vi venir. Poco a poco lo resiliente fue entrando en nuestras vidas y, hétenos aquí, hoy lo utilizo para titular el artículo. ¡Vaya mamarracho!

Atención, coaches del mundo. En las próximas masterclasses que tengáis que impartir poned este ejemplo para que a los asistentes les quede claro el concepto. La afición del Málaga como paradigma de resiliencia. Mis primeros recuerdos de infante malaguista son los del ascenso a 2ª con Ismael Díaz en el banquillo, año 1998. Empezaron años de gloria para los que habíamos visto el marcador de pipas Kelia funcionar: ocho años en los que el Málaga ganó su primer y único título europeo (la Intertoto está en nuestros corazones). Nos tocó caer a segunda, un año en el que vimos el abismo y otro en el que, sin ver fútbol en condiciones, subimos a primera. Años de cambios, fichajes galácticos, el robo de Dortmund, de la gloria al infierno. Esta temporada lampando. Este es mi resumen de la historia malaguista del último cuarto de siglo.

Una montaña rusa de emociones en la que los malaguistas hemos aprendido que siempre se nos puede defraudar más, siempre se nos puede dar una vuelta más al pellizco que nos tienen cogido. Pero ahí estamos, resilientes nosotros.

Esta última temporada, en la que cualquier afición hubiera dado la espalda a su equipo, La Rosaleda se llena por sistema. Hay más gente viendo al Ceuta que cuando venía el Osasuna en primera. Si eso no es adaptación, si eso no es resiliencia, que baje Dios y lo vea. Pero no, como digo, siempre se nos puede dar una vueltecita más al pellizco. Ojo, que no pasa nada… hasta que pase.

En un ejercicio de falta de confianza hacia una afición que está entregada, el Málaga ha sacado la camiseta más bonita de su historia por el 120 aniversario del fútbol en la ciudad. Pero sólo hizo 2.000, no fueran a quedarse colgadas las prendas a 70 € la pieza. Más colas que en el INEM de los 90. La tienda oficial del Málaga parecía, el día del lanzamiento, la Apple Store de la Quinta Avenida el día que sale el nuevo iPhone. La solución, apuntarse a una lista… «a ver, niños, ¿cuántas queréis?».

Y otra vuelta al pellizco. Los malaguistas que hicieran su pedido el mismo día de apertura de la preventa (y que hubieran hecho el pago, claro) tendrán que esperar ¡seis semanas! para recibir su elástica. Los que lo hagan después de ese día sólo tendrán que esperar tres meses. Para verano no sabemos qué nos deparará nuestro amado club. Ese por el que estamos dispuestos a ser vilipendiados.

Está claro que el malaguismo es un paradigma de resiliencia. Somos expertos en mantener y abonar relaciones tóxicas, pero nos va la marcha. No nos olvidemos que aunque pueda parecer que no se puede estar peor, siempre podemos superarnos.