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La defensa Broncano

Desde la periferia no se cata el ruido de fondo de las cuitas de la corte como estando en la pomada, pero tampoco se sufre el aturdimiento que provoca. El cómo y el porqué de la contratación de David Broncano por TVE, tensando al límite desde Moncloa las cuadernas de un Consejo que se supone autónomo y sin desmentir la finalidad de contrapesar la influencia de un concreto programa de otra cadena, resulta impresentable. Ese tipo de decisiones que el poder se cree obligado a tomar en situaciones de emergencia, poniendo en riesgo la propia dignidad institucional. Ahora bien, tampoco es normal la enorme concentración de poder de unas cadenas privadas de TV cuyos líderes mediáticos han perdido las señas de una mínima ponderación política. Todos deberían preguntarse cuándo se esfumaron esos mínimos de equilibrio y ecuanimidad, indispensables para la buena salud de una democracia no manipulada.

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