Opinión | En corto

La santa del día

La república es una forma de Estado, pero el republicanismo es ante todo un sistema de valores individuales y sociales con arreglo a los que todo ciudadano es sujeto de iguales derechos y libertades, como también de obligaciones. «Nadie es más que nadie», principio que confronta con los supremacismos de cualquier clase, sería buen lema de ese republicanismo. En una «república», sea republicana o coronada, las posiciones de poder del tipo que sean se disciernen y justifican por el mérito, la capacidad o la confianza del votante, siendo el bien común y la utilidad para el conjunto social la fuente de legitimación política. El republicanismo no es incompatible con la monarquía siempre que ésta acredite su utilidad y el monarca, aunque vista manto de armiño, sea de idea y comportamiento un buen republicano, a ser posible ejemplar. Por lo mismo, una república formal puede no ser republicana.

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