Opinión | Málaga de un vistazo

Alfonso González y el instante infinito

El libro de Alfonso González.

El libro de Alfonso González. / L. O.

Comenzaba la ilusionante década de los ochenta, la cultura y la libertad nos encandilaban ceñidas en un abrazo polícromo, acogedor y exuberante. En el patio porticado del antiguo Convento de San Agustín, inmemorial Facultad de Filosofía y Letras, habitaban los sueños universitarios de unos inquietos estudiantes que compartían los primeros bocetos de una vida aún sin proyectar. Este espacio, en ese tiempo, se convirtió en un ágora el cual concentraba entre su arquería los anhelos revestidos con esa fibra utópica que nos transfiguraba en seres únicos entre la multitud. En ese microcosmos surgido entre los muros de este edificio del Siglo XVI, entre otros muchos indelebles compañeros, conocí a una triada configurada por tres talentos en el arte del reencuentro: Javier La Beira, Juan Manuel López Guzmán y Alfonso González Cachinero.

«Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran», me comenta André Gide. En esta semana dedicada al enriquecedor universo que es el libro, hablo con Alfonso González del bautizo de su obra ‘Sombras, sueños y otras yerbas’ (Frato Editorial), presentada hace unos días en la efusiva librería Isla Negra. Un ejemplar que contiene los pensamientos de este profesor quien ha dedicado más de tres décadas a impartir la vinculación de la Lengua y Literatura con la felicidad terrenal. El autor ha elegido el aforismo – género donde se hace infinito un instante- y lo sugiere bajo un soporte filosófico, poético y humorístico; expresa lo inadvertido en la vida cotidiana, suscitando un relámpago que ilumine y haga reflexionar sobre nuestro entorno desde la brevedad, la intensidad e independencia. Como bien escribes: «Te recuerdo tanto que tu sombra se ha quedado a vivir conmigo». Gracias Alfonso por este cofre de sombras ensoñadas.

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