Opinión | Crónica política

Los líderes se enzarzan ahora por Palestina

Pedro Sánchez lidera ese reconocimiento, español y europeo, al sufrido pueblo palestino. Le siguen los gobiernos de Irlanda, Eslovenia y Malta

Estudiantes se manifiestan por la facultades de la Universidad de Málaga contra la guerra en Gaza y en favor de Palestina.

Estudiantes se manifiestan por la facultades de la Universidad de Málaga contra la guerra en Gaza y en favor de Palestina. / Álex Zea

Con la vista clavada en los resultados catalanes con tantas conclusiones convertibles en gasolina para las europeas del 9 de junio, los líderes españoles se enzarzan -cómo no- a propósito del reconocimiento de Palestina como estado independiente, con representación plena en Naciones Unidas. Y si no, pelearían por cualquier otro motivo.

Pedro Sánchez lidera ese reconocimiento, español y europeo, al sufrido pueblo palestino. Le siguen los gobiernos de Irlanda, Eslovenia y Malta, algunos de los pequeños de la Unión, podríamos decir. Pero los números globales toman color: el viernes la Asamblea General de la ONU aprobó por mayoría muy amplia -143 votos a favor, 9 en contra y 25 abstenciones- una resolución que ampliará el status de Palestina, lo que concede voz, aunque no voto, en la Asamblea. Cierto es que entre los nueve votos en contra están los de Israel y Estados Unidos. Y también que la aprobación carece del carácter vinculante de las decisiones del Consejo ONU pero eleva su consideración, como un Estado de facto, y supone un reconocimiento de gran valor moral. Para subrayar el rechazo a esa decisión tan mayoritaria, el embajador israelí, Gilad Erdan, en un gesto de violencia insólita, trituró en público la Carta de Naciones Unidas. Ni el peor asesor de imagen del mundo hubiera recomendado ese desatino.

Decididamente ser israelí moderado no es fácil en estos tiempos mientras el alocado primer ministro, Benjamín Netanyahu, dirija el país y la represión más cruel -con armas, básicamente americanas, pero también con hambre y escasez de medicinas- contra los refugiados. No es fácil para quienes creen que a la brutalidad inadmisible y provocadora de Hamás en su incursión asesina en territorio hebreo, no se le puede responder indefinidamente con tanta saña contra el pueblo palestino. Protestas estudiantiles en todo el mundo contra Israel, peticiones de boicot de inversiones en empresas de ese país y aislamiento internacional cada vez más cerrado. «Es el riesgo de una victoria táctica, a costa de una debacle estratégica internacional», señaló ya a final de año Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos. De hecho, 142 países de los 193 estados miembros de pleno derecho en la ONU - tres cuartas partes- ya reconocen a Palestina y el 21 de mayo se sumarán a esa lista España y otros socios europeos. Mayor aislamiento. «Pero a Netanyahu probablemente le interesa más su supervivencia política que las consecuencias para Israel», escribe Andrea Rizzi.

Ese frente internacional que abre Sánchez en puertas de la campaña electoral europea puede concederle un balón de oxígeno en los sondeos. Con resultados dignos en las elecciones del País Vasco y con la victoria de su candidato Salvador Illa en Cataluña, Sánchez da síntomas de no estar muy tocado, y menos aún acabado, como sugiere la derecha mediática. Dejando atrás la polémica sobre su retiro de reflexión, el presidente desmintió en tierras catalanas la afirmación de Núñez Feijóo de que no puede salir a la calle. Más actos y más paseos que nunca.

El retiro temporal erosionó el prestigio de Sánchez en Europa y Manfred Weber acudió a Barcelona estos días para recordarlo. Necesita que el Partido Popular obtenga muy buen resultado el 9 de junio -así lo indican los sondeos- para que el gobierno europeo no deba depender de la extrema derecha. Sería un cambio determinante para los próximos cinco años: con dos guerras abiertas, en Ucrania y Gaza, y con una emigración desbocada. El 9 de junio resultará determinante para el futuro inmediato.

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