Opinión | 360 grados

Ursula von der Leyen, ¿electrón libre?

Ursula Von der Leyen.

Ursula Von der Leyen. / EP

La presidenta de la Comisión Europea tiene, según sus críticos, una fatal tendencia a actuar por su cuenta y atribuirse funciones que no le corresponden.

Por ejemplo, cuando viajó a Tel Aviv y sin consultar a los gobiernos europeos expresó el apoyo sin fisuras de Bruselas a Israel por el ataque de Hamás sin mencionar para nada la masacre de la población palestina.

Hubo también momentos en que la que fue ministra de Defensa de la canciller Angela Merkel dio la impresión de aspirar a sustituir a Jens Stoltenberg en la Secretaría General de la OTAN.

La presidenta de la Comisión se destacó desde el estallido de la guerra de Ucrania por su apoyo incondicional a ese país frente al invasor ruso hasta el punto de viajar en siete ocasiones a Kiev.

Los ucranianos estaban lógicamente entusiasmados con ella hasta que un día, sucumbiendo a las presiones de los agricultores polacos, franceses, entre otros, que protestaban por la competencia desleal de los productos agrícolas de Ucrania, la Comisión Europea decidió reimponerles aranceles.

Pero la irritación del Gobierno de Volodímir Zelenski, que parece sentirse traicionado de pronto por la Comisión, de la que esperaba más solidaridad también en el capítulo agrícola, no es, sin embargo, la única tribulación en este momento de Von der Leyen.

Más podría perjudicarla el revuelo provocado por el nombramiento de su compatriota y correligionario Markus Pieper como responsable de la UE para la Pequeña Empresa, que le ha valido acusaciones de amiguismo político.

Cuatro comisarios europeos – los del Mercado Interior, Política Exterior y Seguridad, Economía y el de Empleo y Derechos Sociales- escribieron una carta de protesta a Von der Leyen mientras que el Parlamento votó mayoritariamente a favor de anular el nombramiento.

Y más grave también podría resultar un viejo escándalo relacionado con un acuerdo al que llegó Von der Leyen con la empresa farmacéutica estadounidense Pfizer para la compra de millones de vacunas contra el Covid-19.

Varios medios, desde el diario The New York Times hasta el semanario Der Spiegel, solicitaron en vano información sobre aquel acuerdo multimillonario suscrito personalmente por Von der Leyen con el jefe de Pfizer, Albert Bourla, mediante un simple intercambio de mensajes electrónicos.

Von der Leyen no ha querido reconocer siquiera hasta ahora la existencia de esos mensajes. Según Bruselas, los SMS son «por propia naturaleza efímeros…y no contienen información importante sobre las decisiones de la Comisión», por lo que no es necesario archivarlos.

Pero hace un año, un lobista belga llamado Fréderic Baldan presentó ante un tribunal de Lieja una demanda contra Von der Leyen por supuesta «destrucción de documentos públicos y corrupción».

El semanario Der Spiegel recuerda al respecto un anterior escándalo de Von der Leyen cuando, siendo ministra alemana de Defensa, borró varios mensajes electrónicos del teléfono móvil oficial que utilizaba.

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