Los hermanos mayores de las cofradías malagueñas o quien tenga intención de presentarse al cargo tendrán que aprobar un curso de teología básica que se imparte en la Escuela Teológica San Manuel González y que tiene una duración de tres años. Es una de las nuevas y controvertidas normas que ha establecido el Obispado de Málaga y que tendrán que asumir todas las corporaciones de penitencia y gloria de la diócesis para su funcionamiento y regularización a partir del 1 de julio, cuando el decreto firmado por el obispo Jesús Catalá, entre en vigor. El decreto, que como tal es de obligado cumplimiento, establece también un modelo para los nuevos estatutos, que las cofradías solo podrán personalizar o modificar en apenas un 5% de su contenido, y que se han dictado con la intención de dar respuesta a las dificultades que se han venido produciendo en distintos procesos electorales y resolver lagunas que existían en las anteriores bases.

La Escuela de Teología San Manuel González inició su andadura hace 28 años. Cuenta con seis sedes repartidas en Antequera, Fuengirola, Marbella, Mijas, Ronda, Torre del Mar y Málaga capital. Su objetivo es proporcionar «una formación básica a todos los agentes y responsables de pastoral, que estén dispuestos a colaborar de forma directa en la evangelización», entre los que se encuentran los cofrades.

El curso puede estudiarse de manera presencial o semipresencial. La inscripción, para la que es necesaria el visto bueno del párroco o director espiritual, cuesta 65 euros (50 si es semipresencial).

Por hacer un resumen de los contenidos, según explica el profesor de la Escuela en Mijas y cofrade Andrés García, el primer año es de introducción al cristianismo, como propuesta de salvación y cómo colma el anhelo del corazón humano en diálogo con la sociología. Con incursiones en el Antiguo y Nuevo Testamento y nociones de cristología, la afirmación de Jesús como Dios en la Sagrada Escritura y desarrollo de su magisterio. El segundo curso trata el Misterio de la Santísima Trinidad en las Escrituras, en la tradición de la Iglesia y en la teología actual, un segundo bloque es de eclesiología (la estructura jerárquica y ministerial etc.), el tercer bloque habla de los sacramentos y la liturgía y el último aborda el ser humano desde una visión bíblica y de antropología cristiana y escatológica, sobre lo que hay más allá de esta vida y la segunda venida de Cristo. Y el tercer y definitivo curso tiene un bloque de mariología, otro de espiritualidad cristiana y oración y el último versa sobre la moral cristiana, según los preceptos del Evangelio.

No solo el hermano mayor tendrá que tener este curso de teología básica, sino también su teniente o tenientes hermanos mayores. Desde el 1 de octubre de 2019 hasta el 30 de junio de 2024, para poder concurrir a las elecciones, quienes no hayan completado esta formación teológica habrán de acreditar que se encuentran recibiéndola y a partir del el 1 de julio de 2024, será necesario haberla completado.

Sacramento de la confirmación

El decreto también hace hincapié en la conveniencia de que todos los hermanos, sobre todo los que ostentan responsabilidad de gobierno, se encuentren confirmados o reciban el sacramento siguiendo las directrices de la diócesis. Las juntas de gobierno, además, estarán constituidas además por un máximo de 30 miembros. Los cargos vitalicios dejan de existir. Los consejeros, por ejemplo, serán nombrados por el hermano mayor y aprobados en junta de gobierno y su función se ceñirá al tiempo que dure la mayordomía. Al igual que las camareras.

Las elecciones, que no han estado exentas de polémica, pretenden ser reguladas siguiendo una normativa mucho más estricta que hasta ahora. En el caso de las cofradías de Pasión, la convocatoria tendrá que hacerse cada cuatro años entre el quinto domingo de Pascua y la solemnidad del Corpus Christi. Los hermanos que integren cada candidatura deben aportar su partida de bautismo, entre los datos y documentos que se exigen. La principal novedad, además, se encuentran la obligación de crear la figura de una Comisión Electoral «que tiene como finalidad conseguir la mayor transparencia y limpieza en el proceso electoral y en el mismo cabildo de elecciones, y garantizar el cumplimiento de la normativa electoral promulgada» por el decreto episcopal.

Esta Comisión Electoral se constituye como un órgano más de la hermandad, de la que formarán parte como vocales un miembro de cada candidatura que se presente a las elecciones cuando proceda, teniendo así no solo acceso al censo de hermanos y al censo electoral, sino también participando en su elaboración, cumpliendo siempre lo prescrito en la legislación sobre protección de datos. Estará formada por seis hermanos ajenos a la junta de gobierno saliente (tres titulares y tres suplentes).

La junta quedará en funciones en el momento en que se convoque el cabildo electoral pero sin tener participación alguna en el proceso.

El decreto de Jesús Catalá entra en vigor el 1 de julio de 2019 y todos las reglas y reglamentos en vigor hasta ahora quedan derogados. Además, antes de un año, es decir, del 1 de julio de 2020, las cofradías deben tener adaptados sus estatutos a las bases.

Para ser hermano de pleno derecho, y, entre otras cosas, poder ejecer el derecho al voto, hay que ser mayor de edad y llevar como mínimo dos años de antigüedad en la hermandad. De esta manera también se evita que se infle la nómina de hermanos de modo artificial un año antes del cabildo con el único objetivo de votar a una candidatura concreta. Además, estar al día del pago de las cuotas y facilitar todos los datos de carácter personal a la corporación.

La citación a cabildo o a cualquier otra reunión de órganos de gobierno se podrá anunciar a través de la web y de las redes sociales, es decir, no es obligatorio enviar una carta postal.

Sanciones

Las nuevas normas, que fueron presentadas por el propio obispo a los cofrades el pasado viernes en el Seminario, también son más contundentes en el régimen que las cofradías pueden establecer para sancionar conductas que sean impropias o inadecuadas. Distingue entre faltas leves, graves o muy graves y entre ellas se encuentran agresiones, insultos u ofensas entre hermanos. Incluso las murmuraciones o cualquier conducta que menoscabe gravemente el buen nombre, dignidad y prestigio de la corporación o de los órganos de gobierno o de cualquier hermano. También penaliza los abusos de autoridad y usurpación de atribuciones, las actuaciones intimidatorias, coactivas o amenazas y los actos de rebeldía contra los acuerdos de los órganos de gobierno.

Las nuevas bases exigen sigilo y discreción a todos los hermanos para que no desvele, igualmente, información al exterior cuando asistan a cualquier órgano colegiado.

Las faltas más graves pueden ser castigadas con hasta diez años de inhabilitación como hermano, sin poder participar en la salida procesional.

Nuevas cofradías

Por primera vez, el Obispado atenderá pastoralmente a las nuevas realidades cofrades que surgen en los barrios y que, al no tener rango canónico ni ser consideras cofradías aún, hasta ahora venían funcionando en la mayoría de ocasiones siguiendo unos estatutos como asociación civil. El decreto entiende que "merecen la atención pastoral por parte del obispo, del párroco y de los sacerdotes, así como la ayuda y estímulo de las demás asociaciones de fieles" y por este motivo, también ha redactado unas bases de reglamentos para estos grupos parroquiales.