Semana Santa Málaga

Dulce Nombre o la sencillez como oración

La hermandad de capuchinos fue un ejemplo de recogimiento y oración. Un contrapunto que nos recuerda que la

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Mientras Lágrimas y Favores entraba en la plaza de la Constitución con la marcha 'A la Niña de San Juan', una silenciosa cabeza de procesión esperaba en el lateral de la tribuna. Los sones alegre de la marcha contrastaban con el rigor que transmitía el cortejo de nazarenos tras la cruz guía de la hermandad del Dulce Nombre.

La cruz de Tau que llevan abriendo la procesión, símbolo ampliamente usado por los franciscanos como signo de conversión y penitencia, manda un mensaje muy potente sobre el carisma de esta cofradía. Las telas usadas por los nazarenos -recia y poco refinada-; los colores marrón oscuro y negro -propios de la mencionada orden franciscana-; los cirios color tiniebla...

La puesta en escena de esta hermandad invita al silencio al público a su paso y a parar un poco en el ajetreado Domingo de Ramos. Ya en Capuchinos, el tiempo se para un poco con su salida procesional. Se hace más lento. El sol hace que la ciudad brille, aunque sus telas oscuras recuerdan que el mensaje de la Pasión también implica penitencia y sufrimiento, aunque termine en la alegría de la Resurrección. La llegada a la plaza de la Constitución la hizo con el rezo del Vía Crucis. El padrenuestro sonaba entre el público y había quien se sorprendía. Quizás ese sea uno de los mayores logros de la cofradía. Conseguir la sorpresa con algo tan sencillo como un padrenuestro.

Dulce Nombre | Domingo de Ramos 2022

Miguel Ferrary

El trono del Señor de la Soledad fue acercándose a la plaza de la Constitución con el acompañamiento de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Oliva, que para el paso frente a la tribuna principal encadenó tres marchas para el trono: 'Resucitó', 'Presagio' (dedicada al Señor de la Soledad) y 'Al tercer día'. Fue un paso largo, con un esfuerzo tremendo de los portadores del trono, que marcharon con paso lento y acompasado a la propuesta musical. Se inició con la curva desde el lateral de la tribuna, todavía en la plaza de la Constitución, y siguió hasta la curva con Larios. Se dio su tiempo. Suficiente además para que el público se recreara en la escena que representa el trono. La complejidad del momento que escenifica, las distintas historias personales que se entrelazan junto a la imagen del Señor de la Soledad y la cantidad de detalles que presenta, hacen de este trono uno de los más completos de la Semana Santa de Málaga. No es solo un paso del vía crucis, es que hay un estudio preciso de cada uno de los personaje y su papel en la Pasión de Jesús.

Mientras el trono del Señor de la Soledad daba la curva de Larios, la Virgen del Dulce Nombre esperaba en la salida de la calle Granada. Se podía ver el trono del Señor entrar en Larios cuando la Virgen se levantó para continuar su recorrido. La marcha 'Al tercer día' se escuchaba con fuerza en la plaza. Era el momento del trono del Señor. No podía haber música en ese momento. Y así fue. La Virgen pasó a palillera para no solapar música. Un detalle que habla muy bien de la preparación de la hermandad.

La Virgen, con su palio dorado calado, era bañada por los rayos de la tarde. Ese palio se demuestra un acierto para una cofradía que va a hacer su recorrido con sol, ya que sale a una hora muy temprana. El tono dorado de la luz iluminaba la imagen mientras sonaba 'Dulce Madre de Dios', interpretada por la Banda Sinfónica de la Trinidad, en el momento de entrar en el recorrido oficial.