Lunes Santo 2023

Crucifixión sale a la calle para recordar que "una madre es lo más grande que hay"

El Santísimo Cristo de la Crucifixión estrena potencias diseñadas por Curro Claros y elaboradas por Joaquín Osorio

Isabel Cisneros

La tradición se mantiene. El morado y el negro pasan de padres a hijos. Las faraonas con niños que casi ni andan se agolpan en la puerta de la casa hermandad. A las 14.55 horas se escucha "¡señores, vamos ya! Vamos a cerrar las puertas, eh".

El sonido del ajetreo entre hermanos pasa a un silencio sepulcral cuando cierran las puertas. Dos minutos antes de la hora exacta de salida, el acompañamiento musical de cornetas y tambores, Nuestra Señora del Carmen del Perchel, inicia el paso desde el final de la calle para esperar al Cristo.

La Marcha Real abre paso al Santísimo Cristo de la Crucifixión. El Señor sale y parece que el Sol brilla más fuerte cuando se ve el destello que produce en las potencias. Las potencias son un estreno de la cofradía. El diseño es de Curro Claros y la ha realizado en su taller de orfebrería Joaquín Osorio.

Soledad, angustia, miedo, dolor. Son tantos los sentimientos negativos que puedes experimentar cuando hay algún familiar enfermo. Cuando te dan la noticia sientes que un escalofrío te recorre todo el cuerpo, y durante el proceso, cuando suena el teléfono, se te coge un pellizco y piensas "que esté todo bien".

A veces no son buenas noticias y te rompes. La Semana Santa siempre es especial y experta para que esa persona que todos los años se pone su túnica reflexione durante su estación de penitencia, pida perdón, dé gracias y pida por los suyos. Todo se remueve.

Las personas que son cofrades son conscientes de que una estación de penitencia con algún familiar en el hospital es demasiado doloroso y se recuerda como una de las peores. Ese día, por muy rodeado que estés de todo el bullicio de la Semana Santa de Málaga, sientes dolor y soledad. Dos sentimientos que ponen nombre a la titular mariana de la hermandad de Crucifixión.

Crucifixión | Lunes Santo 2023

Isabel Cisneros

Un hijo y una madre

El amor de una madre a su hijo es eterno e incondicional. Así fue el de la Virgen María y así lo ha recordado uno de los capataces del trono de María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad. "Os voy a pedir un favor: seguid pidiendo por vuestras madres, que son lo más grande que hay. Por todas esas guerreras que luchan por nosotros día a día y tienen alguna enfermedad".

De nuevo se escucha a esas familias que esperaban con emoción la salida de su cofradía el sonido que indica silencio "shh". El silencio es necesario para que se escuchen las palabras de José Agustín Gutiérrez. Su madre estaba escuchando a escasos metros de él con atención.

Él, mientras miraba de reojo a su madre y con lágrimas en los ojos exclama: "El año pasado fue muy doloroso para mí. Ya sabéis que no tuve la suerte de tener a mi madre frente a mi otra madre porque estaba enferma en el hospital. Este año, gracias a Dios, tengo a mis dos madres a mi lado".

Se dan los toques de campana y su madre sale a recordar a los malagueños que un Lunes Santo más, la hermandad de Crucifixión, está en la calle.