Timos

Alerta con una nueva estafa que suplanta a Spotify, con timadores haciendo de gancho en grupos de Whatsapp

Una veintena de supuestos usuarios convencen a la víctima para conseguir dinero fácil escuchando música

Emplean números españoles, frente a las estafas clásicas que usan números extranjeros

La nueva estafa que usa a Spotify como gancho se desarrolla en grupos de Whatsapp.

La nueva estafa que usa a Spotify como gancho se desarrolla en grupos de Whatsapp. / EPE

David López Frías

"Hola a todos, si te unes al grupo, no te apresures a salir del grupo. Este grupo es para cantantes en la plataforma de música Spotify para mejorar sus discos y promocionar sus canciones. Puedes quedarte y ver si hay algo adecuado para ti".

Con estas frases de bienvenida, en un macarrónico castellano de traductor automático, arranca la nueva estafa que tiene a la plataforma musical Spotify como gancho. Con la falsa premisa de mejorar tu visibilidad si eres músico, o de ganar dinero escuchándo canciones si no lo eres, te pueden vaciar la cuenta corriente.

Se trata de una nueva modalidad de timo por WhatsappEl Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, ha corroborado con la propia multinacional sueca que no se trata de ninguna promoción real. "Confirmamos que esto no tiene nada que ver con Spotify y que este tipo de fraudes son bastante comunes", han aclarado fuentes de comunicación de la plataforma a este diario.

Estafa en grupo

Es, para sorpresa de nadie, una estafa. Una de tantas que corren por redes sociales. La innovación que incorpora esta es que la víctima sufre una especie de acoso y derribo por parte de otros timadores. Personas que hacen el papel de usuarios de Spotify, pero que en realidad sirven como cebo para completar la estafa.

Hasta la fecha, las formas más habituales de fraude por redes sociales han contado con un método muy concreto: un estafador que se pone en contacto con la víctima simulando una identidad. Sea para fingir enamoramiento, darle trabajo o prometerle una herencia. Pero la estructura siempre suele ser esa: uno para uno. Un estafador para una víctima.

La vuelta de tuerca de esta estafa de Spotify tiene la particularidad de que la víctima se ve asediada por mensajes de muchas otras presuntas personas. Se le introduce en un grupo de chat con un montón de supuestos usuarios de Spotify, que simulan llevar a cabo la tarea que el incauto debe completar para ser esquilmado.

Los estafadores virtuales interactúan con el administrador para embaucar a la víctima.

Los estafadores virtuales interactúan con el administrador para embaucar a la víctima. / EPE

El método

La forma de proceder es la siguiente: la víctima abre la aplicación de Whatsapp y comprueba que ha sido incluído en un grupo de Whatsapp, de nombre "Spotify". Hay cerca de una veintena de supuestas personas más. Personas a las que no conoce pero que, curiosamente, tienen todos número de teléfono español. Este es un dato relevante, porque una de las pistas más claras de que uno puede estar sufriendo un timo es que el número del estafador suele ser de países extranjeros, generalmente africanos.

En este caso, sólo el creador del grupo tiene un teléfono extranjero. Concretamente con el prefijo +91, procedente de India. Pero el resto de la veintena de personas son todos +34. Es decir, españoles. Con esa maniobra intentan transmitir confianza, aunque no lo consiguen. En primer lugar, por el castellano de traductor que emplean los supuestos usuarios (que más adelante veremos quienes son en realidad). En segundo lugar porque, aunque los números sean españoles, sus nombres son todos británicos. Aún no han pulido esa parte los estafadores.

El usuario que inicia la estafa tiene un número de indio, con prefijo +91.

El usuario que inicia la estafa tiene un número de indio, con prefijo +91. / EPE

Una vez dentro, un mensaje como el que encabeza esta pieza, redactado por el administrador del grupo (que no es el mismo que el creador y también tiene número español), te da la bienvenida. Te emplaza a que escuches canciones mediante sus enlaces. Por cada canción que escuches o subas, vas a recibir dinero. Lo único que tienes que hacer es enviar un pantallazo conforme has llevado a cabo dicha tarea. Así de sencillo.

Pantallazos

A partir de ahí, el resto de usuarios intervienen en un español bastante cutre. Algunos con sorpresa ("¿Quién me ha metido en este grupo? ¿Para qué sirve?"). Otros, con convencimiento ("Suena interesante, me gustaría intentarlo"). Otros, planteando dudas ("¿Necesito descargar canciones de Spotify o simplemente listarlas?"). Dudas que aprovecha el administrador para explicar, paso por paso, lo que hay que hacer para ganar ese dinero fácil.

Los estafadores prometen altas sumas de dinero por escuchar música.

Los estafadores prometen altas sumas de dinero por escuchar música. / EPE

Rápidamente, los supuestos usuarios españoles empiezan a aportar pantallazos, demostrando que han llevado a cabo la más simple de las tareas encomendadas: escuchar una canción, darle a "me gusta" y subir al grupo una captura. El administrador explica que enviará entre 5 y 15 euros por canción. Enseguida, esos mismos usuarios suben pantallazos de plataformas bancarias con supuestas transferencias recibidas, demostrándole a todo el mundo que han cobrado esos 15 euros.

"Puedes hacer esto todos los días y ganar entre 120 y 300 euros o más por día, dependiendo de tu nivel de actividad", insiste el administrador, que va recibiendo mensajes de los otros usuarios, agradeciéndole las transferencias y animando a los demás a llevar a cabo dicha tarea. O, mejor dicho, animando a la víctima. Porque ahí sigue habiendo una única víctima. El resto de usuarios son ganchos. De hecho, no son ni personas.

Número virtual

Este, el de incluir a muchas personas con número español, es el elemento innovador. Pero esa es solamente la apariencia. Porque a efectos prácticos, la estructura sigue siendo la misma: un estafador contra una víctima. ¿De dónde salen entonces todos esos números españoles?

En realidad, el único número real es el del administrador. Es decir, el estafador. Tiene dos números distintos, pero son la misma persona. El estafador, en este caso, procede de India. Y tiene un número indio, con el que crea el grupo. Pero se ha hecho con una línea de teléfono española. Con ella simula ser un empleado de Spotify.

Pantallazos "confirmando" que han recibido el dinero por escuchar música.

Pantallazos "confirmando" que han recibido el dinero por escuchar música. / EPE

Con ese número de teléfono español, le resulta relativamente fácil conseguir los denominados números virtuales. Se adquieren en plataformas de internet. Se trata de un segundo número de teléfono, vinculado a una línea principal. La gente suele recurrir a ellos, por ejemplo, para vender un piso o un coche, para que no vaya circulando el número personal por internet. Una vez que vendes el piso, te deshaces de él.

Para obtener un número virtual solamente hace falta contar con un número español. Y, a partir de ahí, se pueden conseguir incontables números virtuales. Tu propio operador de telefonía te puede facilitar un segundo número, pero varias plataformas en internet ofrecen ese mismo servicio, disponiendo de números de varios países. Así, el estafador, dando de alta una sola línea (que puede ser prepago), puede conseguir decenas de números virtuales.

Los bots

Una vez el estafador tiene esos números virtuales, los asocia a bots. Es decir, a cuentas de inteligencia artificial que tienen ya sus respuestas programadas. Las emplean a menudo las empresas para dar servicio de atención al cliente y prescindir de un trabajador. Los bots de Whatsapp están programados para dar respuestas automáticas. Esos son los integrantes del grupo: máquinas.

Vincular una línea a un bot se lleva a cabo con programas informáticos. Lo único que hay que hacer es programar las respuestas que tiene que dar ese bot en Whatsapp. A algunos les programa los mensajes de sorpresa. A otros, de alegría. A otros, las dudas. Y a la mayoría, los pantallazos que sirven de gancho para que el incauto se confíe.

Los usuarios mandan pantallazos con la tarea que quieren que haga la víctima.

Los usuarios mandan pantallazos con la tarea que quieren que haga la víctima. / EPE

En El Periódico de España hemos llamado a todos y cada uno de los números de los miembros del grupo. En todos aparece la locución de "el teléfono marcado no se encuentra disponible en este momento". No está disponible porque no es una línea telefónica real, sino un número virtual que se puede activar y desactivar, y que sólo es utilizado para hacer estafas por internet. Todos... menos el del administrador (el único real), que sí que da línea, pero nadie descuelga. Esa es la línea española que el estafador indio ha empleado para conseguir el resto de números virtuales.

La estafa

Una vez que la víctima se ha creído que puede obtener dinero fácil escuchando música, el timo pasa la siguiente fase, que es llevar a cabo las tareas requeridas. El incauto le da like a una de las canciones que ordena el adminsitrador y pasa el pantallazo, con la esperanza de cobrar.

A partir de ahí, se establece una conexión financiera con el estafador que puede, o bien pedir los datos de la tarjeta de la víctima para hacerle un ingreso (y ahí hacerle el destrozo) o bien pedirle que se abran una cuenta en una plataforma bancaria concreta con una cantidad de dinero determinado. Un dinero que la víctima no volverá a ver jamás. La estafa, para entonces, ya habrá sido completada.

"Hasta ahora habíamos visto alguna estafa parecida, con Infojobs como gancho, pero esta de Spotify y con grupos de Whatsapp no la conocíamos", explica Rubén Sánchez, presidente de FACUA, que la define como "el perfeccionamiento del fraude. La innovación en la estafa, porque saben que hay usuarios que ya conocen este tipo de fraudes".

Sánchez señala que "es un caso de phishing y aquí se ven niveles avanzados. Algunas estafas son muy cutres, con malas traducciones porque los estafadores suelen ser del extranjero. Otras están muy machacadas. Así que es normal que ahora veamos niveles avanzados e innovación en las fórmulas del fraude".

Spotify, por su parte, ya ha advertido a El Periódico de España de que no están dando dinero en ningún caso a nadie por escuchar música. Al contrario, cobran por ello. Por si algún día se ve metido en un grupo en el que le prometen pagarle por escuchar música, salga de ahí cuanto antes.