El Carpena vivió ayer un partido de esos que nunca se olvida. Una final no se juega cada día y el Unicaja y el Valencia jugaron un partidazo en el que los verdes, por fin, rompieron su mala racha de derrotas contra los taronjas. La final queda igualada (1-1) y pendiente de su resolución definitiva, el miércoles, en La Fuente de San Luis de Valencia. Será en un cara o cruz final para el que ya no habrá vuelta atrás.

Diot se vistió

Pedro Martínez dijo en la previa que el Valencia estaba preparado para que jugara Musli a pesar de que Joan Plaza había dicho que era baja segura. El pívot serbio no se vistió, pero sin embargo Antoine Diot, que también estaba «presuntamente» lesionado, sí se presentó en el Carpena listo para jugar. Fue inscrito en el acta, aunque al final Martínez no le dio minutos. El miércoles, en La Fonteta, seguro que juega el base francés. Tiempo al tiempo.

Aplausos para Joan Plaza

El técnico del Unicaja ha pasado una mala racha en su relación con la afición cajista. Los meses de enero y febrero han sido especialmente duros para él, que ha recibido pitos en muchos partidos en el Carpena. La dinámica ha cambiado las últimas semanas. Ayer, por ejemplo, la ovación fue espectacular cuando Fede, el speaker del Carpena, lo nombró justo antes de arrancar el partido.

Ambiente de gala

Hacía mucho tiempo que no se veía un Carpena tan lleno como ayer y un público tan participativo. Lo he dicho «cienes» de veces: cuando el Palacio está así el Unicaja es casi invencible. El público ayer lo dio todo. Incluso sorprendió lo pronto que llenó las gradas del Carpena. Cuando el Unicaja salió a calentar había más de media entrada y cuando se presentaron los equipos, estaba ya a rebosar. Durante el partido el aliento fue infinito en apoyo al equipo y el resultado fue una victoria más. Habría que estudiar la estadística de victorias/derrotas del Unicaja cada vez que ha llenado su pabellón. Habrá pocos equipos en Europa con números similares.

El Valencia me recuerda mucho al Bayern

El Valencia Basket y su entorno llegaron ayer convencidos de que iban a levantar el título continental en el Carpena. Ahora cambian las tornas. Toda la presión es en el partido decisivo para los levantinos. Exactamente el mismo caso que ocurrió en cuartos de final contra el Bayern de Múnich. Ellos juegan en casa, llevan sin perder medio año y tienen que ganar sí o sí. El Unicaja estoy seguro que va a tener opciones el miércoles. Y muchas más de las que los seguidores del Valencia Basket se imaginan.

A más puntos, más opciones

Lo dije en el arranque de la eliminatoria y hoy me reafirmo tras los marcadores de los dos primeros partidos: el Unicaja tiene a 80 puntos más opciones de ganar que a 60. O sea, que la clave de esta final radica en estar acertado en el tiro exterior más que en la defensa. El equilibrio de ambas cosas sería perfecto, pero en La Fonteta se dejó al Valencia en 68 puntos y se perdió porque anotando 62 es imposible ganarle a nadie.