Los expertos piden que tires el pescado a la basura si encuentras esto

Esta es la señal que debería activar todas las alarmas antes de comprar un pescado

Los expertos alertan si ves es esto en el pescado, no te lo comas

Los expertos alertan si ves es esto en el pescado, no te lo comas

Si hay un aspecto fundamental de la vida es la seguridad alimentaria: no solo implica asegurarnos de que lo que comemos es nutritivo, sino que también está libre de contaminantes y agentes patógenos que puedan causar enfermedades y patologías.

En este contexto comer pescado tiene muchos beneficios para la salud, convirtiéndolo en un alimento de especial interés; pero hay que prestar especial anterior a las condiciones en las que se conserva y se almacena en casa.

Desde el punto de vista nutricional, el pescado es una fuente invaluable de ácidos grasos omega-3 con proteínas, vitaminas y minerales esenciales. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) lo recomendable es comer al menos tres raciones de pescado a la semana para obtener todos sus beneficios para la salud.

Cómo saber si el pescado está fresco

Para discernir si el pescado que estamos a punto de comprar es seguro y fresco existen varios indicadores: por un lado nos podemos fijar en la apariencia, ya que un pescado fresco debe tener colores vibrantes y brillantes; y la piel debe ser brillante y las escamas adheridas al cuerpo.

Tamoco podemos perder de vista el olor, que debe ser suave, fresco y con reminiscencias al olor del mar y la brisa marina. Los ojos también son un factor importante a evaluar ya que deben ser claros y brillantes con la pupila negra y no hundida.

Las agallas por su parte tienen que tener un color rojo brillante y estar libres de moco o mucosidades; la textura de la carne debe ser firme y elástica y las vísceras limpias y sin rastros de sangre o impurezas.

Si ves esto en el pescado, no te lo comas

Por otro lado, existen otros indicadores que nos advierten de que no deberíamos comernos el pescado y deshacernos de él: cuando la carne no es firme y se hunde o desmorona facilmente al presionarla; cuando las vísceras están hinchadas o descoloridas; cuando las agallas son de colo rmarrón o grisáceo; cuando su olor es fuerte o desagradable o cuando los ojos aparecen opacos o nublados.