Prepara tu casa para el otoño con estos sencillos trucos

Para dar un ambiente otoñal en cualquier estancia basta con sacar de los armarios las velas y las mantas y abusar de los tonos naranjas y marrones

O. G.

En el otoño la vida cambia. Si el verano invita a pasar el mayor tiempo posible fuera de casa, en la estación de los tonos marrones y naranjas apetece hacer vida de puertas para dentro. Y para eso apetece que el ambiente vaya en consonancia.

Adecuar el hogar para el otoño no tiene por qué ser muy caro. Basta con potenciar los colores más típicos de esta época del año (naranjas, marrones, verdes...) y sacar dos productos que no pueden faltar en ninguna estancia a partir de octubre: las velas y las mantas.

Además, hay otros olores que automáticamente pueden evocar ese aire nostálgico del preludio del invierno: un bizcocho recién horneado, castañas asadas, un chai latte para merendar... Si esto se acompaña del último disco de Taylor Swift, la victoria está asegurada.

Pero, volviendo al plano de la decoración, hay muchas opciones para hacer de tu hogar un paraíso otoñal. Y lo mejor es que todos los trucos que detallamos a continuación se pueden adaptar a todos los bolsillos y gustos.

Velas

El olor es uno de los sentidos que mejor evoca recuerdos. Y el otoño tiene los suyos propios. La suerte es que muchos se pueden concentrar en una vela y basta con prender la llama para que fluya la magia. ´La naranja, la canela, la manzana, la vainilla, el cedro... siempre son buenas opciones.

Mantas

Cuando bajan las temperaturas es momento de sacar las mantas del fondo del armario. Y no solo para ponerlas en la cama, sino también para llenar el sofá con ellas. Y es que, ¿hay algo mejor que ver una película en el sofá al calor de una manta? Y si tienen borreguito por dentro, mejor.

Ambientadores

A falta de velas, buenos son los ambientadores. Sobre todo para los hogares en los que hay niños y mascotas y corren el riesgo de quemarse con la llama. Además, los difusores de esencias tienen otra ventaja añadida a la que se puede sacar especial partido en las zonas con el clima más seco: sirven para aportar humedad al ambiente.

Alfombras

En otoño ya no apetece andar sin zapatillas por la casa. Si en verano a veces es un gesto indispensable para tratar de huir del calor, a partir de octubre las tornas se invierten: ese fresquito que tanto gusto da en verano se convierte en un problema. Y, por eso, lo mejor es aislar el suelo con unas buenas alfombras.

Flores secas

¿A quién no le gusta llenar la casa de flores? Además de belleza, aportan buen aroma y alegría. Sin embargo, no todos pueden permitirse renovar los jarrones cada semana. Y tampoco es sencillo sacar tiempo para cuidar las flores de forma adecuada y así alargar al máximo su vida. Por eso, una opción ideal son las flores secas. Y, además, dan el toque otoñal que buscamos.

La importancia de los colores

No es difícil adivinar por qué los naranjas, los marrones y los verdes apagados son los colores del otoño: basta con darse un paseo por la naturaleza para ver el origen de esta tradición. Las hojas caídas de los árboles, la vegetación de los bosques de hoja perenne, la tierra que emerge con las lluvias... Al final, el objetivo es evocar ese paisaje exterior (del que se puede disfrutar menos tiempo por la caída de las horas de luz) en la calidez del hogar.