El Desfiladero del Tajo de Ronda está enclavado en el cañón de caliza y arenisca que el río Guadalevín ha ido creando con el paso de los años, y que desde la mitad del siglo XVIII atraviesa el Puente Nuevo. Se trata de una garganta natural de más de 100 metros de profundidad y 70 metros de ancho que ha sido excavada por el río a lo largo de miles de años. Su origen se remonta nada menos que a la Era Cenozoica, hace unos 65 millones de años.