«Cada nota se asocia a un color diferente. En las clases no sólo se toca el piano o la guitarra, se colorean las unidades didácticas y se aprende a tocar el instrumento como si de un juego se tratase». Es la base del revolucionario método para el aprendizaje musical que ha puesto en marcha Teresa González, una profesora y pianista residente en Rincón de la Victoria desde hace 12 años.

«Cuando empecé a trabajar con personas con diversos grados de discapacidad intelectual busqué un método adecuado y no lo encontré. Así empecé a elaborar mi propio material y al presentarlo a las editoriales me confirmaron el hecho de que era pionero en todo el mundo», argumenta. Hace apenas un mes que una firma de Torre del Mar dio forma a sus ideas: «Hemos elaborado tres libros, uno por nivel, con notas de colores; y un cuarto, en el que empezar a tocar en blanco y negro, con partituras tradicionales. Y además se presenta el material con un CD y un libro del profesor con las primeras 30 clases desarrolladas».

Teresa señala que estos volúmenes se pueden empezar a conseguir en las librerías malagueñas ya, aunque existe otra vía informativa, para conocer en profundidad esta iniciativa, a través de su página web: elgrannicolino.com

«Nicolino es el personaje que se encarga de guiar al alumno. Toda esta idea la tenía desde hace tiempo, porque llevo muchos años de trabajo con niños pequeños y personas con discapacidad mental. Por mi experiencia me di cuenta de que había un vacío en cuanto a estas metodologías», concluye.

La propia autora se ha encargado de escribir hasta un rap «con el que podemos aprender fácilmente toda la teoría». «Aunque el material está orientado a los pequeños o a los discapacitados, es también ideal para un adulto que no se ha podido iniciar en la música y que quiera adquirir los conocimientos básicos a cualquier edad. Todos sabemos que la música nos hace bien a todos, que va a permitir que desarrollemos un montón de aspectos que distinguen al ser humano».

Cuando Teresa González empezó a trabajar en un primer proyecto para «acercar el arte a la discapacidad» no podía imaginar la repercusión final que iba a poder alcanzar su método. De hecho, como experta en impartir talleres para personas con discapacidad intelectual y enfermos agudos de salud mental, ya ha empezado a recibir peticiones de asociaciones y colectivos dispuestos a introducir sus clases en el día a día de sus usuarios. En su trayectoria académica, destacan además cursos de perfeccionamiento en «musicoterapia» o su labor como profesora de piano y audioperceptiva en diferentes escuelas de música de su Argentina natal, donde asimismo fue docente de piano y teoría y solfeo en el prestigioso Conservatorio de Música y Danzas Chopin. Previamente se formó en la Escuela Superior de Música de la Universidad Nacional de la ciudad de Rosario.

«La palabra música tiene seis letras, siete son los sonidos musicales. Para concretar esta unión es necesaria una letra fundamental: la imaginación del profesor en cada clase», reza en su propio espacio en internet, donde describe al Gran Nicolino como «metodología de trabajo basada en aprender jugando, disfrutando...».