­Decenas de residentes británicos en las últimas semanas, unidos a muchos más que durante el pasado verano tomaron la misma decisión, se han lanzado a poner a la venta sus propiedades en el interior de la comarca de la Axarquía. Unos lo han hecho por el miedo a perder derechos a raíz del brexit, otros, la mayoría, conscientes de la depreciación de la libra y la pérdida de poder adquisitivo que ha supuesto en el cobro de sus pensiones. El éxodo de residentes anunciado por ciertos analistas parece que empieza tomar forma.

Incluso ha confirmado tales extremos hasta el presidente del colectivo Save Our Homes Axarquía (Soha), Philip Smalley, que ha luchado durante una década por la regularización de viviendas irregulares en la comarca oriental y fue firme defensor del brexit desde que se empezó a hablar de la consulta ciudadana que lo ha hecho posible. «Algunos de estos compatriotas están llorando por nada, porque estoy seguro de que no hay nada que temer. Hace cuatro décadas las relaciones con España, sin estar en la Unión Europea, se mantenían con normalidad. Nada tiene por qué variar después de la salida que ha decidido el Reino Unido», explica.

«Pero es cierto que, no tanto por miedo, sino por la preocupación cada vez más creciente, los portales de internet se están llenando de propiedades de británicos listas para ser vendidas. Me da pena en especial que, después de años y años para ahorrar y lograr cumplir un sueño de vivir en la Costa del Sol, ahora hasta rebajen a la mitad el precio de sus casas», relata.

José Miguel Fernández, que ha sido agente inmobiliario en Nerja durante décadas y ahora vive en Alcaucín, reconoce que muchos residentes británicos «tienen especial preocupación por perder los derechos que han adquirido en España». Expresa que la Seguridad Social les permite una atención extraordinaria, frente a los servicios médicos que reciben en el Reino Unido, por ejemplo. Smalley no ha dejado de informar a sus paisanos, acerca de que esos derechos proseguirán tras el brexit. Pero no es fácil convencer a la amplia mayoría de ellos.

Regularización

Fernández relata que esa mayoría era contraria a la salida de la Unión Europea. «Lo raro era encontrar a los que pensaban lo contrario», agrega este exedil de Alcaucín.

El presidente de Soha recuerda otro factor que puede propiciar la propagación de ese miedo colectivo entre los británicos: «La falta de celeridad por parte de la Junta de Andalucía en cuanto a la regularización de las viviendas. Digo esto porque la enmienda que este año salió adelante, como expresó la propia Junta, apenas afecta al diez por ciento de las casas por regularizar. Hay demasiada gente que sigue en el limbo jurídico, con la inseguridad que ya arrastran desde hace más de diez años».

Relata que algunos de los ayuntamientos del interior de la comarca oriental han empezado a emitir documentos para permitir que los británicos en disposición de vender sus inmuebles puedan culminar sus trámites. En esa situación, expresa el propio Smalley, se encuentra hasta el exsecretario de Soha. «Tantos años para poder comprarte el terreno, hacerte tu casa y soportar la economía doméstica, para ahora vender así», lamenta.