Tras doce años de su particular destierro, los burros taxi volverán a circular por las principales calles del casco histórico de Mijas Pueblo. Así lo dieron a conocer ayer los concejales de Vía Pública y Turismo en el Ayuntamiento de la localidad, Juan Carlos González y Santiago Martín, respectivamente, quienes explicaron que en el ente local mijeño ya han dado con la solución para acabar con el principal problema que siempre han generado los burro taxis: los malos olores.

Sus deposiciones son muy difíciles de limpiar del empedrado que forma el pavimento de todas las calles del núcleo urbano y producían, como es lógico, un desagradable malestar entre los vecinos y comerciantes de las calles por las que pasaban. Por ello, en el año 2000, el equipo de gobierno municipal de aquel entonces decidió prohibir el paso a estos animales por vías tan emblemáticas como la calle Málaga (la entrada al corazón del núcleo urbano) y emplazar a los trabajadores del sector y a sus animales a que circulasen por las avenidas Virgen de la Peña y Méjico.

«Este recorrido siempre ha tenido muchísimas quejas de los clientes, turistas en su mayoría, ya que es muy corto y no se ve nada de interés a lo largo de los diez minutos que dura. Estamos muy contentos con este cambio porque pensamos que puede ser muy beneficioso para el sector, que está muy mal», aseguró Salvador Torres, arriero y propietario de varios ejemplares desde hace algunos años.

Pañales. Ello es posible gracias a una sencilla solución y que, por cierto, después de doce años, se le ha ocurrido a otro arriero, Miguel Ángel Jiménez. Consiste en colocar bajo el trasero de los animales un recipiente de tela plastificada que impide que los excrementos caigan al suelo. Además, los arrieros están obligados, a través de la nueva ordenanza que rige en el sector, a recoger las heces si éstas cayeran directamente a la calzada o si su animal orinara en la vía pública.

«Creo que no es pedir demasiado a un colectivo que debe ser el más interesado en que Mijas sea atractiva para los turistas. De la misma forma que el propietario de un perro debe recoger las deposiciones que hace su mascota en la calle», los arrieros deben hacer lo propio con los burros, manifestó Juan Carlos González.

Así, con estos curiosos «pañales» y utensilios para limpiar los restos que puedan dejar estos equinos, el itinerario a partir de ahora será el siguiente: parada de la plaza Virgen de la Peña, avenida del mismo nombre, calle Málaga, plaza de la Libertad, plaza de la Constitución, avenida del Compás y vuelta a la parada. La duración del trayecto será de unos 20 minutos.