Dice usted que Via Dalma es un disco que tenía ganas de hacer desde hace tiempo.

Es cierto que no es una idea nueva, pero me hacía falta la veteranía de unos cuantos años, tener un cierto bagaje, para enfrentarte a iconos de la música italiana y a estas canciones, que son totalmente emblemáticas.

Lo cierto es que a usted le pega mucho cantar a lo italiano.

[Risas] Es verdad que, por mi color de voz y mi forma de interpretar, es un proyecto que desde luego no le resultará extraño al público.

¿Se considera más cercano a los cantantes melódicos italianos que a otro tipo de vocalista mediterráneo, como Nino Bravo, por ejemplo?

Sí, y ayudó el hecho de haber trabajado con tanta gente italiana, porque para ellos he sido una herramienta muy cercana. Pero sí, mi tipo de voz e interpretación es bastante similar al suyo.

¿Cómo se definiría usted mismo como cantante?

[Risas] Es complicado. Simplemente, me considero un tipo que disfruta con la música. Soy un trabajador que lleva 30 años dedicándose a esto como profesional, desde que empecé con 16 cantando en una orquesta, y que ha crecido de una forma coherente.

¿Cómo lleva Sergio Dalma esta crisis económica?

No podemos ir nadando en un mar de depresión, tenemos que intentar seguir trabajando a pesar de esta situación adversa que estamos atravesando en nuestro país. Es una época en la que tienes que hacer más proyectos, romperte más la cabeza para ofrecer a la gente algo más atractivo, y trabajar aún más. Pero ahogarnos en eso de «no, es que está mal la cosa» no es en absoluto la solución, porque la negatividad realmente no nos lleva a ningún lado. Hay que tirar para adelante.

¿En qué cree que cambiará la industria musical tras esta crisis, que afecta particularmente al sector?

Los cambios se verán en el cambio de formato y en la promoción. Las redes sociales también hacen que todo vaya por otros caminos, lo que es lógico. Todo cambia.

¿Qué recuerda de su paso por el Festival de Eurovisión, en el ya lejanísimo año 1991?

[Risas] Ha cambiado mucho. El Eurovisión de antes era un escaparate y un buen trampolín para darte a conocer en otros países.En mi caso le debo mucho, porque fue muy mediático, y acudí con una canción que a pesar de haber participado en un festival de estas características sigue estando ahí. Quizá ahora Eurovisión es más un espectáculo puntual de una noche, sin tanta trascendencia.

Participó con Bailar pegados, que sigue siendo un himno en todos los karaokes de España.

Me parece un síntoma de popularidad. Cuando una canción se canta en los karaokes es porque es popular, y yo he tenido la suerte de que muchos autores me han regalado estos temas, y gracias a ellos logré popularidad. La gente asume esas canciones como suyas.

¿Cómo recuerda Sergio Dalma el primer año de Operación Triunfo, en el que de repente los cantantes melódicos se encontraron con un mercado supersaturado?

Simplemente no hice gira ese año y dejé que se dieran de hostias entre ellos [Risas]. Al final, lo que ocurrió es que quedó la gente que tenía que quedar. La competencia es buena, y los jóvenes que salen y tienen cualidades ayudan a que todos mejoremos, pero la morralla que no vale ahí se queda.