Joan Manuel Serrat volvió a demostrar ayer su nivel en el Auditorio Cortijo de Torres. Recordó al Serrat de las mejores épocas con un público de todas las edades que abarrotó el recinto municipal y disfrutó del cantautor catalán que año tras año sigue sin dejar a nadie indiferente con su ironía y denuncia en sus canciones. Como celebración de esos cincuenta años sobre los escenarios, Serrat se encargó de recordar la felicidad de compartir medio siglo de complicidades con un público que le apoyó sin descanso hasta el último momento.