­Andalucía puede lucir sonrisa y sacar pecho, ya que es la comunidad autónoma española que más dinero destina a becas al estudio en términos totales. Son cifras que reflejan el empeño del Gobierno andaluz por compensar desigualdades y favorecer la equidad en las aulas, un discurso que repite continuamente y que, a tenor de estos datos, no se queda sólo en palabras. La Junta invierte 137,1 millones de euros en este tipo de ayudas, según los datos del Ministerio de Educación, es decir, destina 16,2 euros por cada habitante, situándose en segunda posición por detrás del País Vasco.

La verdad es que las cifras que maneja el Gobierno vasco hacen temblar cualquier comparativa. Por ejemplo, duplica la inversión andaluza por habitante (32,2 euros), que es la segunda más cuantiosa. Ridículos quedan los 46 céntimos de Cataluña, la última comunidad en el ranking; los 50 céntimos que dedica Baleares por habitante o los 84 de Extremadura.

Únicamente seis comunidades autónomas se encuentran por encima de la media española en inversión: 7,2 euros en becas de estudio que recibiría cada habitante. Además del País Vasco y Andalucía están la Comunidad Valenciana (14 euros), Madrid (8,4 euros), Galicia (8 euros) y Canarias (7,4 euros).

Los «expulsados» del sistema

¿A qué dedica este dinero la Junta? En boca del consejero de Educación, Luciano Alonso, a rescatar a los alumnos andaluces «expulsados» del sistema por la política de becas del ministro Wert. Y en buena medida es así, ya que con becas propias, Andalucía ha conseguido este último curso que más de 10.000 estudiantes no abandonen precipitadamente las carreras por no poder hacer frente a los pagos. En este sentido, Alonso destacó recientemente que Andalucía puede «presumir» de tener el sistema de becas «más potente del país», al destinar más de 24 millones de euros a evitar el abandono escolar por falta de recursos económicos.

La Junta tiene en marcha tres tipos de becas distintas desde hace unos años. La más exitosa de todas es la Beca 6.000, que destina casi 20 millones de euros a favorecer la permanencia del alumnado en el sistema educativo al término de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Cada alumno beneficiario recibe 600 euros cada mes del curso pero para ello tiene que obtener buenas notas y asistir a clase. De este modo, se garantiza su permanencia en Bachillerato o ciclos formativos.

También dispone de la beca Segunda Oportunidad, con una inversión de casi dos millones de euros, dirigida a recuperar para el sistema al alumnado de entre 18 y 24 años que lo abandonó de forma temprana, atraídos quizás por un mercado laboral fecundo que admitía a todo tipo de personas, independientemente de su grado de instrucción o formación académica, pero que ahora, en época de crisis, encuentran grandes dificultades para salir adelante al no contar siquiera con el graduado escolar.

Del mismo modo, este último curso ha puesto en marcha la nueva Beca Adriano, que permite acceder a la educación postobligatoria a los estudiantes que habiendo aprobado no superen los requisitos académicos que ha endurecido el Ministerio de Educación y que ha contado con una dotación de de casi dos millones y medio de euros.

A estas becas directas hay que sumar otras que forman parte del plan de ayudas a las familias andaluzas, que desde hace años y últimamente sin la colaboración económica del Ministerio de Educación, que venía cofinanciando algunos de estos programas. Así, el pasado curso la Junta invirtió más de 43,7 millones de euros en el programa de Gratuidad de Libros de texto, del que se beneficiaron casi un millón de alumnos andaluces. Si bien es cierto que desde hace años no se renuevan todos los manuales, algunos de los cuáles han pasado ya por cinco mochilas distintas, el Gobierno andaluz destina una partida económica a cada centro para que se reemplacen el 10% de los libros, los que estén en peores condiciones.

Ayudas para la equidad

Por su parte, el transporte escolar ha prestado servicio gratuito durante el curso 2013/2014 a 98.000 estudiantes de todos los niveles educativos, tanto obligatorio como no obligatorios (Educación Infantil, Bachillerato y Ciclos Formativos) que han tenido que desplazarse a otro municipio para cursar enseñanzas que no se imparten en sus localidades de residencia. Estas subvenciones forman parte de las ayudas que concede la Junta para garantizar la igualdad de oportunidades.

Por último, el servicio de comedor es otro de los «pilares básicos» en los que se sustenta la equidad, según el consejero, Luciano Alonso. Durante el pasado curso escolar, se ha prestado diariamente este servicio a 180.000 alumnos de la comunidad autónoma, y de estos, más de 90.000 lo recibieron de forma gratuita y cerca del 80% percibieron alguna ayuda. Además durante el curso se han servido alrededor de 21 millones de menús.