­Las elecciones municipales son once candidatos luchando contra once candidatos y al final siempre gana el Partido Popular. Una esperanza parecida debió albergar el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, en el momento en el que se refirió a los flamantes elegidos para defender a los ayuntamientos con más de 25.000 habitantes en las elecciones municipales de 2015 como el «once titular». Semejante axioma le ha hecho levantar a Alemania cuatro Copas del Mundo sin apenas despeinarse. Con sus contrarios saliendo ya derrotados al césped, incluso antes de que al árbitro le diera tiempo a subirse las medias hasta las rodillas. Garry Lineker lo sabía y Elías Bendodo lo está deseando. Por el bien del partido y por el suyo propio. Ya manifestó recientemente lo mucho que le gustaría seguir presidiendo la Diputación. Es el guiño al deporte rey en los mítines políticos lo que la pimienta a la ginebra. Está ya todo un poco visto, pero nunca molesta. Hablar de temas peliagudos como el paro o los recortes es un coñazo si puedes levantar auditorios con frases ligeras y de fácil digestión.

El menú en Marbella fue algo de comida rápida disfrazada de dialéctica sofista. En cierto modo todo eso daba un poco igual porque aquí uno había venido a lo que había venido. Con las cosas muy claras desde el principio. Como ese joven adolescente que sale perfumado de varon dandy a destrozar la tranquilidad nocturna. En este caso se trataba de aplaudir y reafirmar valores. Once alcaldes para defender a once ayuntamientos. La HBO todavía está a tiempo de grabar la quinta temporada de Juego de Tronos en Málaga. Todos subidos en un mismo escenario y cogidos de las manos. Una unión sostenida a través de Juanma Moreno y Elías Bendodo. Esa fue la estampa. Enfrente, una militancia volcada en un cara a cara en el que apenas hacía falta mirarse a los ojos para sentir la confianza del prójimo. Es lo que tienen las familias. Para algunos, la familia política puede más que la de su propia sangre y alma. ¿Cuántos padres e hijos ya no se dirigen la palabra por un desafortunado desacuerdo ideológico?

Quedó claro que los populares malagueños están muy unidos en estos momentos. No hicieron falta ni primarias para designar a los candidatos. El consenso de la militancia quedaba asimilado a través de la voz de Juanma Moreno pronunciando de uno en uno a cada candidato. Él movía los labios y por su boca hablaban las bases. El Partido Popular acude a la cita electoral del próximo 25 de mayo de 2015 con la firme intención de defender título, es decir alcaldías, en cada una de las ciudades en las que goleó en las últimas elecciones municipales del 2011. Los populares lograron una aplastante victoria. Alcanzaron los 19 concejales en la capital y conquistaron la Diputación Provincial. Institución que gobiernan por segunda vez desde las primeras elecciones democráticas. Todavía se recuerda semejante sobrada en algunas sobremesas y rodeados de humo montecristo. Aunque parece casi imposible que el simple hecho de existir sea suficiente esta vez para repetir hazaña. No se trata de restarle méritos al Partido Popular, pero dentro del mismo partido son conscientes. En 2011, la marca ZP convirtió en caballo perdedor a todo su diseminado abolengo. Para el PSOE, máximo adversario en la provincia, las últimas elecciones supusieron una experiencia un tanto traumática. Fue todo tan siniestro que hasta se perdió Antequera. El escenario político ha cambiado en los últimos años. El bipartidismo está tocado y las diferentes alternativas que han salido como setas bajo el subsuelo lo salpican todo de incógnitas y dudas. Aunque Podemos, Ganemos y la asamblea popular por la supervivencia del búho lechoso preocupan más en el PSOE y casi que le viene bien a la causa popular. Por un lado pone en alerta a su electorado, por otro está interceptando el voto progresista.

El equipo del Partido Popular

Un once titular siempre esconde en su interior toda una declaración de intenciones. Perfilando las líneas populares, queda claro que este partido se quiere ganar desde la experiencia. La edad media de los candidatos, sin incluir a De la Torre que tampoco es ya un chavalín, roza los 55 años. Todos los futuribles son alcaldes en sus ciudades. Unos repiten candidatura por segunda vez. Otros ni se acuerdan si en algún momento de sus vidas se dedicaron a otra cosa que no fuera la política. Muere o se eterniza el entrenador con su once titular. Consciente de que de él depende en cierta manera su destino personal, alentó Moreno Bonilla a su equipo. El camino de recogepelotas a Guardiola está plagado de mítines. «Perlas de la gestión», fue la expresión utilizada por el presidente popular para describir los atributos de los candidatos populares. Concepto, al menos novedoso, para explicar el buen hacer en la actividad pública. El niño que roba piruletas para duplicar sus activos sin duda también es un perla de la gestión, además de ser «perla» de los de verdad. No significa eso que se pueda sentir muy orgulloso de sus hechos.

Esperanza Oña es junto a Pedro Fernández, alcalde de Torremolinos, ejemplo de la ya citada apuesta por la experiencia. Juntos suman 138 años y en 2015 once mandatos. Regeneración, si eso, que sea a través de un lifting facial.

Dicen que en Torremolinos ya están un poco cansados de Fernández Montes y que existiría la voluntad de crear cualquier tipo de coalición con tal de destronar al eterno alcalde. Esperanza Oña le perdió el gusto a la medicina en 1991, cuando fue nombrada por primera vez alcaldesa en Fuengirola. Se ha hecho fuerte en estos años y tampoco cuenta con un verdadero rival. En Estepona, José María García Urbano ha invertido mucho en el municipio. Su gestión, con 89 de los 100 puntos de su programa electoral cumplidos, parece un milagro de la democracia moderna. Existe poco lugar para reproches.

Ángeles Muñoz, si nadie lo impide, es favorita para hacerse de nuevo con la alcaldía. Es verdad que ha logrado apartar a Marbella de la sombra oscura del gilismo y la espiral de la corrupción. Aparentemente. Ángel Nozal, cercano al pueblo, puntúa con discursos populistas como su mítico «aquí está todo lleno de mierda», después de los últimos incendios en Mijas. En Benalmádena, Paloma García Gálvez va a por su segundo mandato. No le hace feos a ningún pacto para llegar a la alcaldía. Javier Carnero puede cantar una canción sobre ello.

En Alhaurín de la Torre, Joaquín Villanova irá a por su sexta mayoría consecutiva. Francisco Delgado Bonilla repite candidatura en Vélez Málaga. El derecho a defender triunfo se lo ha ganado Manuel Barón en Antequera. Fue capaz de hacerse con el feudo socialista por excelencia en la provincia.

En Ronda concurre de nuevo María de la Paz Fernández Lobato. Con 39 años es la excepción a la norma. Optará desde la juventud a su segundo mandato. La lista podía haber sido de doce, si la presentación de Francisco de la Torre a la alcaldía de Málaga no contara con un acto propio. También podía haber sido de trece y si el límite de habitantes se hubiera fijado en los habituales 20.000. Pero no había sitio en la foto familiar para Martín Serrón, cumpliendo su inhabilitación tras haber sido condenado por corrupción. Haga usted las leyes y déjeme a mí los reglamentos. El tapado repetirá también.