­El turismo vuelve a tomar las riendas de la lucha contra el paro. Después de un año marcado por una tímida y progresiva corrección, la elevada tasa de desempleo que soporta la provincia se aminora en el que ya es por tradición el periodo más favorable del curso para el movimiento económico. Con los viajeros llegando masivamente a las playas de la Costa del Sol, el engranaje empieza a agitarse y con eso a reducir las grandes bolsas de inactividad. Y, además, a un ritmo más elevado que en la mayoría de los puntos del país, a excepción de Cádiz y Madrid. La contrapartida, sin embargo, está en la temporalidad y la precariedad, que son otra vez la firma distintiva del sector y de los nuevos puestos de trabajo.

Según informó ayer el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Málaga cerró el mes de julio con casi 6.000 parados menos que en junio -5.898-, lo que presume una bajada del 3,25 por ciento, más generosa, en su amplitud, que la registrada a nivel autonómico y nacional. La clave, como se puede inferir en estas fechas, está en el empuje de los servicios y de todos los negocios que orbitan en torno al turismo. En total, la provincia se planta en agosto con 175.496 personas en paro; una cifra sonrojante, sí, pero que, al menos, puede vanagloriarse de haber inaugurado una tendencia positiva, con un descenso del desempleo del 5,63 por ciento (10.466 personas) en lo que lleva transcurrido de curso.

De acuerdo con el balance ministerial, se trata del sexto mes consecutivo en el que desciende el paro, si bien, en buena medida, a expensas de una cuota cada vez más acentuada de inestabilidad. De los nuevos contratos, sin ir más lejos, casi 6.000 son temporales, lo que coincide con una reducción del trabajo indefinido, que cae, en lo que respecta a julio, en 141 puestos.

La maquinaria del turismo y los servicios arrastran también en el mes al resto de sector -incluida la construcción-, aunque con un crecimiento más tibio. También se computa una reducción del paro en el caso de las mujeres, que siguen reflejando el verdadero rostro de la crisis, acumulando más de la mitad del desempleo de la provincia.

A nivel andaluz, el pulso laboral recae en este inicio del verano en las provincias de Málaga y Cádiz. Esta última, con 6.523 parados menos, es la que más ventaja toma en el mes de julio, si bien, al igual que el resto, con un problema de fondo que confirma, por si quedaban dudas, que la recuperación económica es una carrera de largo aliento, sin cambios, en sus valores más sensibles, verdaderamente súbitos.

Animada por el turismo, Andalucía, en cualquier caso, celebra el inicio del verano con una reducción del paro para el séptimo mes del año que se cifra en 19.319 personas (un 1,93 por ciento). Este descenso, aunque con peso todavía coyuntural, permite a la comunidad situarse por debajo de la barrera simbólica del millón de desempleados. En concreto, 982.425. O dicho de otro modo y en términos interanuales: en la región, una de las más castigadas del país, hay actualmente 37.074 parados menos que hace justamente un año.

Los avances cosechados en Andalucía, propulsados por el peso de sus provincias más deliberadamente volcadas en el turismo, se dejan notar en el conjunto de las ocho circunscripciones, con la salvedad de Almería, que retrocede en sus esfuerzos por dejar atrás la estela de la crisis.

El paso adelante dado este verano por la Costa del Sol es indisociable de la buena marcha de la industria turística, que, tras un inicio de década con altibajos, ha vuelto a trepar en la escala de jerarquía económica. De hecho, si se discrimina por el sectores, el empleo generado por el turismo parece haberse animado definitivamente, con una subida del 6,57 por ciento contabilizada para el primer semestre.

España, sin duda, se embute en el traje del veraneo y de la hostelería para atemperar sus números más vergonzantes. La caída del paro en Málaga plantea su correlato en la bajada a nivel nacional, que en lo que tiene que ver con julio alcanza a las 74.028 personas. Esto quiere decir que el paro regresa a los valores de 2010, aun a costa, no obstante, de una cifra global que sigue siendo escandalosa (4.046.276 personas).

En lo que se refiere al país, se registra también el sexto mes consecutivo de moderación. El volumen actual de desempleados es menor en 373.684 a personas al del mismo periodo de 2014, lo que representa, de paso, la mayor reducción en relación al año anterior desde el ya muy lejano -especialmente en tiempos económicos- 1998.

La prevalencia de los servicios y del turismo se palpa igualmente en el protagonismo que adquiere cada comunidad individualmente; así, Andalucía es junto a Galicia y Cataluña, la comunidad en la que la bajada resulta en julio más pronunciada. El descenso del desempleo va acompañado a nivel nacional de un incremento del 0,34 por ciento (58.792 personas) en las cifras de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. En el sistema hay 17,31 millones.