La demencia arroja una cifra desoladora en la provincia de Málaga: más de 16.000 personas padecen este síndrome, que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Sin embargo, los expertos alertan del incremento que viviremos en los próximos años a consecuencia de la inversión de la pirámide poblacional -para 2020 se espera que los mayores de 65 años supongan el 19% de la población- y de los factores externos que favorecen su aparición, como el consumo de tóxicos o las enfermedades asociadas.

Por este motivo y, dentro de las líneas de trabajo del grupo de investigación de Salud Mental del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, los profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Regional de Málaga y de los Distritos Sanitarios Málaga-Valle del Guadalhorce y Costa del Sol trabajan en el desarrollo de una plataforma europea inteligente de apoyo a las personas con demencia. El objetivo es doble: mejorar la calidad de vida de los pacientes y aumentar la adherencia a los tratamientos farmacológicos.

Se trata del proyecto europeo SMART4MD, acrónimo en inglés de «Apoyo, seguimiento y tecnología para la demencia leve» y en el mismo están participando centros de Reino Unido, Luxemburgo, República Checa, Israel, Suecia y Bélgica. De Málaga participarán 500 pacientes con demencia incipiente.

El psiquiatra de la unidad y responsable del grupo de investigación, Fermín Mayoral, reconoce que, aunque la demencia no tiene reversión, sí esperan poder enlentecer la progresión y lograr que los pacientes sean más autónomos e independientes.

El aumento de cifras de estos síndromes hace que la asistencia sea cada vez más costosa y dificultosa. «No sólo es que cada vez haya más mayores, es que tienen más morbilidad, es decir, enfermedades a consecuencia de la edad», indica el psiquiatra, que señala que la sociedad y, en concreto, la asistencia sanitaria, tiene un reto a la hora de dar cobertura a esa población y, a su vez, hacerla sostenible. «Con esta herramienta vamos a proporcionar la oportunidad de aliviar el problema», señala.

El proyecto, que tiene una duración de cuatro años, está financiado con cuatro millones de euros, de los que más de 600.000 euros los gestionará la Fundación Pública Andaluza para la Investigación de Málaga en Biomedicina y Salud (FIMABIS), y se realizará en el entorno del Instituto para la Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA). El estudio, que se inició el pasado año, ha concluido ya la primera fase de diseño de la plataforma tecnológica y protocolos y creación de contenidos. En primavera comenzarán a reclutar a pacientes y familiares con la intención de promocionar la adherencia al tratamiento y mejorar la calidad de vida, así como estimular la rehabilitación cognitiva y los cambios en las relaciones sociales, que pudieran derivarse de la utilización de la plataforma. Participarán 2.200 pacientes, de los que 500 serán pacientes andaluces reclutados a través de los centros de salud, dispositivos de Salud Mental y asociaciones de familiares de pacientes con Alzheimer. Los criterios establecidos para la selección de los pacientes que van a participar son el diagnóstico de demencia en fase inicial y la disponibilidad de acceso a internet en su domicilio. «A la mitad se les proporcionará una tablet y a la mitad no, queremos comprobarlo para medir parámetros y ver si realmente mejora su calidad de vida», señala Mayoral. Aparte de la satisfacción de saber que puedan estar ayudando a pacientes con demencia incipiente, y reducir la cifra de visitas al especialista, uno de los principales objetivos de la plataforma es aumentar la adherencia a los tratamientos -no sólo a los antidemencia, sino a los otros que tengan prescritos por otras enfermedades-. Esperan que la cifra de incremento sea de, al menos, el 20%.

Según el protocolo del estudio, al 50% de los pacientes incluidos en el ensayo clínico se les aplicará el tratamiento habitual utilizado en las Unidades de Demencia, y la otra mitad, además del tratamiento habitual, se someterá a una monitorización a través de la plataforma web diseñada. Durante 18 meses, los investigadores, con la colaboración de las Unidades de Neurología de los centros sanitarios públicos andaluces, realizarán una evaluación cognitiva de cada uno de los pacientes monitorizando su salud y los parámetros acordados en el diseño del proyecto.

De momento, la plataforma estará disponible para los usuarios elegidos, a los que se entregará una tablet. En el futuro esperan que se convierta en aplicación para descarga móvil y que esté al alcance de todos los pacientes como una herramienta más del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

El sistema ofrecerá un portal intuitivo para mejorar la relación mental y física del paciente en diferentes momentos y fechas, y su interfaz estará diseñada para adaptarse a usuarios con baja familiaridad con las nuevas tecnologías con instrucciones claras y sencillas para el uso. Asimismo, según aclara Mayoral, dispondrá de juegos que estimulen la cognición y una herramienta para la comunicación con sus familiares.

Los contenidos de la plataforma se han elaborado con ayuda de asociaciones de pacientes, que han hecho sugerencias para el futuro uso de la misma, que también conectará con los médicos de referencia y que será accesible, teniendo en cuenta el público al que va dirigida. Asimismo, la creación de esta plataforma virtual y su integración con el sistema de información y gestión clínica del sistema de salud -historia clínica electrónica- permitirá una mejor accesibilidad y gestión de datos clínicos entre médicos, enfermeros y los propios pacientes y sus familiares, y facilitará su seguimiento.