Se abre el telón y aparece una cola de más de 300 aficionados malaguistas, ávidos de comprar entradas alrededor de La Rosaleda. ¿Cómo se llama la película?

«Champions». Málaga entera cuenta ya las horas y los minutos que faltan para este miércoles, 22 de agosto, a las 20.45, momento en el que dará comienzo el encuentro de la Fase Previa de la Liga de Campeones entre el Málaga CF y el Panathinaikos ateniense.

Objetivo: clasificarse entre los 32 mejores equipos de Europa en un partido de 180 minutos, pero en el que la afición de la Costa del Sol tendrá mucho que decir durante este primer tiempo de 90 minutos.

Sin tiempo para disfrutar de los tres puntos cosechados el pasado sábado en el estreno liguero frente al Celta en Balaídos (0-1), la plantilla malaguista se puso ayer el mono de trabajo en el Estadio de Atletismo Ciudad de Málaga. Y lo hizo con el balón oficial de la Champions, con lo que ya resulta inevitable poner los cinco sentidos en la máxima competición continental de clubes y la más afamada del mundo.

Los aficionados están deseando ver un momento histórico para el malaguismo, oír la pegadiza música de la Champions, oler a césped recién regado, saborear el ansiado triunfo frente al equipo dirigido por Jesualdo Ferreira y tocar la entrada que le llevará a su asiento en un día soñado por cada seguidor malaguista probablemente desde que tuvo uso de razón.

El club de Martiricos ha vendido en estos tres últimos días, destinados sólo a los abonados, un total de 17.900 entradas, con lo que algo más de 8.000 socios no se han pasado por taquilla. Ayer fueron vendidas 3.950 localidades, que se unen a las 13.950 que fueron adquiridas entre el viernes y el sábado. Los socios podrán seguir comprando entradas hasta el mismo día del partido (a cinco o diez euros), pero a partir de hoy se esperan colas inmensas de aficionados no abonados (con o sin el carnet malaguista). Así, el club espera unas colas equivalentes a las del primer día, que darán la vuelta a gran parte del estadio, al ponerse a la venta las localidades por primera vez al público en general. Los precios oscilan entre los 26 euros y los 90 y dependerán mucho de tener o no el carnet malaguista, ya que los poseedores del mismo dispondrán de un 25 por ciento de descuento. Quienes tengan el carnet malaguista pagarán entre 26 y 68 euros, mientras que los que no lo tengan, deberán abonar entre 35 y 90, según las zonas del campo.

El horario de las taquillas será hoy desde las 10.00 a las17.00, mañana de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 y el miércoles de 10.00 hasta la hora del encuentro.

Aunque hoy es día festivo para la mayoría de los malagueños, no será así en La Rosaleda, pues así ha sido dispuesto por la UEFA. El máximo organismo europeo «es el dueño de La Rosaleda desde mañana lunes (po hoy) hasta el miércoles», señalaron fuentes del club blanquiazul, resaltando la atribución de funciones de la UEFA hasta el final del choque de ida de la Fase Previa de la Liga de Campeones.

Nadie quiere perderse un partido con tantos alicientes. Ni los aficionados ni los jugadores de ambos equipos. Con Eliseu prácticamente al cien por cien (pudo jugar algunos minutos frente al Celta), la enfermería malaguista sólo cuenta con Carlos Kameni, que poco a poco va incorporándose al grupo, y con Julio Baptista.

Los jugadores que fueron titulares ante el Celta hicieron un entrenamiento más suave en el primero de los tres entrenamientos previstos antes del partido. Al final de la sesión, los no titulares, entre ellos Fabrice y Pol (ambos del filial) jugaron un partidillo. El equipo volverá al trabajo hoy a las 9.30 horas, de nuevo en el Estadio de Atletismo Ciudad de Málaga.

Quincy fuerza

Quien tampoco se quiere perder el choque es el exmalaguista Quincy Owusu-Abeyie. El centrocampista holandés, que estaba prácticamente descartado la pasada semana, está acelerando en el proceso de recuperación para enfrentarse a su antiguo equipo y demostrar en La Rosaleda que no le debieron dejar marchar. Quincy tuvo ayer una charla con Jesualdo Ferreira para intentar convencerle de la necesidad de jugar un partido de tanta transcendencia.

Su concurso será duda hasta última hora, ya que al margen de la lesión está falto de ritmo, al no haberse entrenado con normalidad este verano.

La Rosaleda comienza a vestirse de gala desde hoy para albergar el partido más importante de su historia. Enfrente, el Panathinaikos, subcampeón de la Liga griega tras el Olympiacos.