La plantilla del Málaga CF de esta temporada no estaba confeccionada para luchar por la permanencia, sino por cotas mayores. Aunque eso no quiere decir que muchos de los integrantes del plantel no sepan lo que es remangarse, tirarse a barro y pelear por la permanencia. Hasta 14 jugadores del actual conjunto blanquiazul, además de su entrenador, Míchel, conocen bien esa sensación de vértigo y responsabilidad que tiene verse abajo en la clasificación.

Además, solo cuatro de ellos han vivido en primera persona lo que supone descender a Segunda División en algún momento. Keko lo hizo con el Valladolid, Juankar con el Betis, Llorente con el Rayo Vallecano y Duda, el único que lo ha hecho defendiendo al Málaga.

Catorce futbolistas, la mitad de la plantilla conocen y han vivido la situación en la que está inmerso el Málaga. Incluso, muchos de ellos han salido de situaciones peores.

Carlos Kameni, en la 2005/06 llegó con el Espanyol a la última jornada envuelto en la lucha por la permanencia y vencieron a la Real Sociedad (1-0) para evitar el descenso. Kameni comenzó de titular la temporada, pero Lotina se acabó decantando por Iraizoz en la segunda vuelta. Ya en el Málaga, el camerunés formó parte del equipo dirigido por Schuster que en la 2013/14 sufrió para sellar su continuidad en Primera. Es cierto que el Málaga nunca llegó a estar en puestos de descenso, pero la dinámica no era buena y hasta la penúltima jornada no amarró la permanencia de manera matemática con un punto en el Calderón ante el Atlético.

Diego Llorente, pese a su juventud, ya ha vivido en sus carnes la amargura de un descenso. Fue la temporada pasada en el Rayo Vallecano, donde jugó cedido. El conjunto madrileño parecía tener la situación controlada pero a falta de dos jornadas se metió en puestos de descenso y de ahí no salió. Llorente jugó 33 partidos y fue uno de los hombres clave para Paco Jémez. Así, el madrileño puede sacar provecho de esa vivencia para aportar su granito de arena ahora en el vestuario malaguista.

Luis Hernández, fichaje invernal del Málaga, y Jony también saben lo que es luchar por mantener la categoría y lograrlo. Lo hicieron la pasada campaña con el Sporting en un agónico final. El equipo de Abelardo era firme candidato al descenso, pero la fe y el buen trabajo del equipo asturiano certificaron la permanencia en la última jornada. Los dos jugadores, ahora en el Málaga, eran piezas clave en aquel Sporting y fueron vitales para lograr la salvación, tanto dentro como fuera del campo.

Martín Demichelis, veterano y experimentado zaguero, llegó al Málaga en sus dos etapas en el mercado invernal, ambas como «apagafuegos». Es cierto que el argentino nunca había peleado en el barro y siempre había luchado por títulos, pero cuando llegó en enero de 2011 cambió el chip y supo adaptarse para ayudar a sacar al Málaga de una difícil situación.

Ese mismo mercado invernal también supuso la llegada de Ignacio Camacho, que también aportó su granito de arena pese a su juventud. Durante la temporada de Schuster, pese a sus desavenencias con el técnico alemán, fue clave para mantener unido el vestuario y salvar la categoría.

Juankar, por su parte, también es un futbolista que en su trayectoria en Primera ha tenido que lidiar batallas en la parte baja. Ya en su primer año en la máxima categoría, con el Zaragoza, el madrileño se salvó en la última jornada de la 2011/12. En cambio, dos temporadas después, en la 13/14, vivió la amargura del descenso con el Betis siendo el farolillo rojo. Al año siguiente, ya en el Granada, consiguió la permanencia sobre la bocina en un año en el que estuvo muchas jornadas en el pozo.

Miguel Torres también sabe lo que es luchar por la permanencia. Además, lo hizo en el Getafe de la mano de Míchel en la 2010/11, en una situación crítica y en la que ambos fueron clave para la reacción azulona.

El caso de Recio también fue especial. Pellegrini lo subió al primer equipo siendo un chaval y le puso a jugar en el peor momento y sin experiencia. Tuvo que asumir galones y ganó en experiencia en un tiempo récord. Así, en su cesión al Granada también vivió momentos complicados y fue protagonista para que los nazaríes salvaran la categoría.

El alicantino José Rodríguez también ha formado parte de una plantilla que ha tenido la soga al cuello. El centrocampista salvó los muebles con el Deportivo hace dos temporadas y aprendió lo que es competir en situaciones complicadas.

Si hay un jugador que ha vivido todo tipo de situaciones en el Málaga, ése es Duda. En sus 14 temporadas en Martiricos también ha tenido que experimentar lo trágico de un descenso (2005/06) o celebrar una salvación in extremis, en la 2009/10, en casa, ante su gente, contra el Real Madrid y con un empate con gol suyo. También ha estado presente en la primera y difícil temporada de Pellegrini y, como no, con Schuster, donde llevó la voz cantante en el vestuario y dio la cara ante la afición.

El Chory Castro vivió una situación similar a la actual en el Málaga en su etapa final del Mallorca, donde en la 2010/11 luchó con éxito por eludir el descenso hasta la última jornada.

También Keko conoce los sinsabores del descenso. Lo sufrió en su primer año en Primera, durante su cesión del Atlético al Valladolid. El equipo pucelano no consiguió salvar la categoría y tuvo tres entrenadores, igual que este Málaga. Su segunda experiencia con el descenso la vivió en el Calcio, donde en su tercer curso con el Catania bajó a la Serie B. Regresó a España y tras su paso por el Albacete se enroló en el Eibar, un proyecto humilde con el único objetivo de eludir el descenso y lo consiguió.

Peñaranda, con un papel residual en este equipo desde que llegó, también tiene experiencia en estas lides. Fue con el Granada antes de dar el salto a Inglaterra e Italia. Sabe lo que es vivir en el alambre pese a su juventud.