Esta semana fui al cine. Hacía meses que no iba. Allí me planté a pasar un rato fresquito porque el calor en la calle era insoportable, con mis palomitas y mi coca cola light tamaño familiar (si no ni entro) dispuesto a ver una peli de dibujos animados a propuesta de Ana, que es la que entiende de cine. Lo que no me imaginaba era que iba a ver una preciosa película con una enorme carga educativa que me ha ayudado a comprender y conocer mejor mi comportamiento.

La factoría de animación Pixar, que ya me dejó impresionado por los quince primeros minutos de «Up!», es la que ha producido «Inside Out». En esta nueva película nos intentan explicar el funcionamiento del cerebro humano. No voy a contar la historia para que todos los que no hayáis visto la película os animéis a ir al cine. En esta animación nos enseñan que nuestro comportamiento está dirigido por cinco emociones: Alegría, Tristeza, Ira, Asco y Miedo, que manejan nuestros actos como si se tratara de una nave espacial cuyo complejo cuadro de mandos manejan estas emociones.

En la historia de la película, sólo se hace referencia a estas cinco emociones, olvidando otras tan importantes como la sorpresa, el amor o la vergüenza. Pero entiendo que crear más personajes que manejaran la nave de nuestra mente complicaría demasiado el relato que nos plantean en esta superproducción animada.

Los creadores de esta grandiosa idea nos llevan en un viaje por la mente para enseñarnos cómo funciona la imaginación, por qué soñamos o cómo se almacenan nuestros recuerdos. En este viaje por el subconsciente, conoceremos al personaje que más me gusta de la película, Bing Bong, ese amigo imaginario que muchos hemos tenido (creo que todos) y con el que jugábamos de pequeños. El mío era muy bueno, siempre me dejaba ganar.

Es un continuo aprendizaje sobre el cerebro. Verla te ayuda a conocerte mejor, a saber cómo te comportas. Aprendes de ti. Por ejemplo aprendes que ninguna de esas cinco emociones son negativas, que Miedo te protege de los peligros o que Alegría (todos presuponemos que es la emoción positiva) necesita de Tristeza. Necesitamos a Tristeza cuando, por ejemplo, quieres que alguien añore el pasado y se emocione.

Aunque es una película animada y para niños, dudo de que niños de corta edad sean capaces de comprenderla. A pesar de eso fue sorprendente ver la cara de los chiquillos que había en la sala de cine, todos encantandos por la historia que acababan de ver.

La película te absorbe. Ya hace varios días que la vi y sigo analizando cada comportamiento que tengo pensando en esos cinco personajes que son esas vocecillas que a veces crees que oyes y que están al frente de mi nave espacial. Pienso cuál de ellos provoca cualquier acción de las que voy realizando en cada momento.

Como soy entrenador (y un poquito pesado) también me he parado a pensar lo importante que son esas emociones en el desarrollo de mi profesión. ¿Qué entrenador no ha tenido Miedo cuando está solo en el vestuario antes de un partido importante mientras su equipo está ya en la cancha calentando con sus ayudantes? ¿Quién no ha encendido a Ira cuando algo que has entrenado durante toda la semana no sale en el partido o cuando alguna actitud de algún jugador no es la correcta? ¿Quién no ha tenido presente a Alegría cuando ha ganado algún campeonato importante? ¿Recuerdas aquel descanso de aquel partido que ibas perdiendo y usaste a Tristeza para hacer recordar a tus jugadores con nostalgia ese otro partido que jugásteis fantástico para provocar una reacción en el equipo y ganar? Hasta hay veces que se activa Asco cuando ves un partido de categoría infantil, por ejemplo, en el que un equipo gana porque defendió en zona cuarenta minutos.

Todas estas emociones son necesarias para dirigir un partido y saber usar positivamente cada una de ellas en el momento adecuado es fundamental para dirigir correctamente a tus jugadores. Esto seguro lo da la experiencia. Pero también os aseguro que desde que salí de aquel cine después de ver «Inside out» las tendré más presentes en el próximo partido que dirija.