Resulta un tanto extraño convocar a la prensa y luego no querer responder preguntas. El PP malagueño organizó ayer en su sede un desayuno navideño para los plumillas. Pero los plumillas, que son también seres humanos con su corazoncito y su estomaguito, están un tanto, como usted, saturados de desayunos, almuerzos, polvorones y cenas. Cubatas y langostinos. Así que en lugar de comer (de comer mucho, algo sí que me comen) se ponen a preguntar. Qué hay de la sucesión, cuándo va a dejarle De la Torre el sitio. Y en ese plan. Pero Elías Bendodo, presidente del PP y aspirante al trono de la Casona, no quiere hablar de eso, a sabiendas de que poco importa ya. De que ese es el tema. Y no otro. El otro día dijo Mario Cortés en la Ser que lo mejor es ya que De la Torre acabe el mandato. Algunos incluso piensan que sería fenomenal que hasta se volviera a presentar. Es el que más votos para el PP sacaría. Pero Bendodo no quiso pronunciarse. Dijo que él no escucha la Ser, que escucha la Cope. Qué gustos tan raros, pudiéndolo oír todo e incluso teniendo gente a sueldo que te lo resume todo y va y se tapa los oídos. Igual también se los tuvo que tapar el otro día cuando en este periódico, en una entrevista, De la Torre fue preguntado sobre si prefería como delfín a Juan Cassá (Ciudadanos) o a Bendodo. Pues no fue capaz de pronunciarse. No empleó ni diplomacia. Afrenta total. De la Torre le regatea los elogios a Bendodo más que Umbral se los regateaba a algunos escritores. Que ya es decir. Por ejemplo.

Tal vez no sea solo que no lo aprecia, que no lo ve como sucesor y mucho menos como alcalde. Puede ser que lo desprecie. El regidor siempre lo negará, pero el atento observador de los hechos (y las palabras y silencios) puede deducir libremente lo que le venga en gana. Que por otra parte es evidente. El desprecio. Todo puede precipitarse. A De la Torre puede nombrarle algo Rajoy ya o puede que no pase nada, nada se precipite y el alcalde continúe y nos entierre a todos.

Pero bueno, mientras la incógnita se siga alimentando con cruasanes, café y pastas estaremos más entretenidos. Bendodo trabaja con la hipótesis (¿o es sólo argumentario?) de que Susana Díaz adelante elecciones. Tal vez se vea consejero. Lo temido: revocar su promesa, ya se desdice claramente (pa qué dijo ná), de estar sólo ocho años al frente de la Diputación. Si es que a veces cuando hay que hablar se calla y cuando se está mejor calladito se pía.