Se acabó la Euroliga. El Unicaja se apea de la máxima competición continental en la primera fase, a las primeras de cambio. Se ha dado la cara casi todos los días y en casi todas las pistas, es verdad, pero ha faltado «algo». Sobre todo en todos esos finales apretados en los que entre McCallum, Nedovic, Joan Plaza y compañía no se supo rematar el trabajo de los 39 minutos anteriores. Es inevitable hoy no acordarnos del día del Brose, del día del Zalgiris o del día del Valencia, por poner tres ejemplos en el Martín Carpena. O de las visitas que se escaparon en el último suspiro a Panathinaikos, Khimki o el propio Zalgiris, en Kaunas, por poner otros ejemplos.

He escuchado y he leído en estas últimas 24 horas todo tipo de análisis periodísticos y «tuiterísticos» -todos igual de respetables-. Y hay de todo. Desde los que catalogan como «sobresaliente» la participación europea de los verdes, por haber ganado a Real Madrid, Fenerbahce, Olympiacos, Maccabi o Barcelona; a los que se dan por satisfechos por haber tenido opciones hasta dos jornadas del final de pasar a cuartos; o los que creen, sin embargo, que el Unicaja debía estar hoy preparando el play off previo a la Final Four de Belgrado, como lo están haciendo, por ejemplo, el Zalgiris o el Baskonia.

Viendo al equipo jugar en Estambul esta última jornada -por mucho que el Fenerbahce no se jugara nada en el envite-, yo creo que este equipo de Nedovic, Carlos Suárez, Augustine, Shermadini (ahora ausente por lesión), Brooks y compañía debía estar sí o sí entre los 8 mejores. Hay plantilla de sobra para haberlo conseguido. Es mi humilde opinión. Por eso creo que la Euroliga del Unicaja ha sido aceptable... pero sin más.

«Para mí una buena temporada sería pasar al play off de la Euroliga y jugar las semifinales de la ACB». No son palabras mías, son del presidente cajista, Eduardo García, en una entrevista en La Opinión de Málaga el pasado 18 de septiembre. Toda una declaración de intenciones ambiciosa que, sin embargo, poco tiene que ver con el discurso de su entrenador, Joan Plaza, «encantado» con la participación del equipo. «Quiero agradecer a los jugadores y al cuerpo técnico porque uno de los objetivos que nos marcamos al comienzo de la temporada era llegar hasta el final de la Euroliga con opciones. A falta de dos partidos es cuando hemos caído. Echamos de menos algunos partidos que pudimos ganar, pero el hecho de que hayamos llegado hasta aquí, habla muy bien del equipo», dijo el coach minutos después de perder en Bamberg y quedar matemáticamente sin opciones de play off. Sinceramente, me quedo con el speech del «presi». Me parece más de club serio, ambicioso y con ganas de crecer. El otro me parece demasiado conformista.

El caso es que Europa ya es historia para el Unicaja y cada uno que saque sus propias conclusiones. Yo ya pienso sólo en la Euroliga 2018/2019. Porque que nadie lo dude: ¡Volveremos!