El I Festival Aéreo Internacional Ciudad de Málaga congregó ayer en el entorno de la playa de La Malagueta a más de 200.000 espectadores. Un éxito de público que a lo largo de la mañana le dio, no obstante, numerosos quebraderos de cabeza a los agentes de la Policía Local. Muchos conductores tomaron para estacionar aceras y medianas; y hasta protagonizaron escenas inéditas algunos, al bajar de su coche para tomar fotografías ante la impaciencia de quienes aguardaban detrás.

Desde muy temprano ya se presentía el enorme interés despertado entre la población. Los balcones de los edificios en primera línea se convertían en palcos de lujo para muchos, mientras que otros se encaramaban a las colinas más altas del Limonar, prismático en mano y mesa de camping lista para aliviar luego el calor del mediodía. ¿A qué hora va a volar Salva Ballesta? Era una de las preguntas que más se repetían los seguidores del ex delantero del Málaga CF.

El futbolista maño participó en las magníficas acrobacias de la Patrulla Milano, que fue finalmente una de las más aclamadas de la jornada. Y eso que participaban en esta muestra encabezada por las grandes joyas de combate del Ejército español otras 39 aeronaves y hasta 89 pilotos más. Piruetas, ´loopings´, giros de 360 grados, espirales, trepados, rasantes que ponían el corazón a cien o barridos laterales que terminaban en ´tiovivos´. El espectáculo no daba descanso al espectador.

Hasta se preparó una vistosa demostración de rescate y un salto de paracaidistas. Aunque llegarían los momentos más especiales poco después de la una y media de la tarde, cuando entraba en escena el poderoso Eurofighter de las Fuerzas Aéreas españolas. Una obra de arte de la ingeniería nacional que sobrevoló las aguas de La Malagueta a más de mil kilómetros por hora. Apenas podía creerse que sus 11.500 kilos de peso puedan despegar en apenas 400 metros de superficie. En los talleres donde se construyen hasta 707 unidades más para siete países trabajan a diario 1.300 especialistas en aeronáutica. Todo un ejemplo de ingeniería ideada en nuestro territorio.

Pero este festival tenía carácter internacional. Y tampoco defraudaron las naves procedentes de la flota de combate holandesa, como el F-16 que mostró las penúltimas piruetas de casi cinco horas de espectáculo, o la patrulla del Ejército italiano, que también fue de las combinaciones más vistosas de la mañana. Otra de las aeronaves que no dejó indiferente a nadie fue el harrier español, que es capaz de estacionar en el aire. Su entrada fue de las más ruidosas de todo el festival e hizo tapar los oídos a los asistentes.

El campeón mundial de acrobacia aérea Ramón Alonso también hizo las delicias de todos, con más de un cuarto de hora de piruetas aparentemente imposibles. Muchos de los congregados ya cuentan los días para vivir la segunda edición de este festival.