5 murgas, 5 comparsas, un coro y un cuarteto compondrán una excelente final este viernes en el Cervantes. De poco sirve comentar el día de ayer. Donde unos Cantores de Ronda hicieron un grandísimo pase entrando en la final por derecho y aspirando a podio. O un Benji y sus Secos del Rocío se resarcieron de las preliminares con un espectacular repertorio. Tampoco sirve de nada hablar de unos Cachafantasmas con cuplés de categoría a Málaga o de los Guardianes del Destino y su gran comparsa. Ya quedará en el recuerdo ese gran Daniel o Manuel y sus Veletas. O morir con el cuarteto del Lama y esa Princesa. Y acabar disfrutando de la libertad de prensa de Los Chivatos.

Esta última crónica me la guardo para mí. Para mi despedida de la prensa escrita. Durante estos cuatro años agradezco a La Opinión de Málaga la posibilidad de ser colaborador de su periódico en la labor de enfocar más para el aficionado desde mi punto de vista la fiesta. Todo de manera altruista. He disfrutado muchísimo de todos vosotros durante los concursos que he cubierto. Apasionantes charlas y grandes personas han llegado a mi vida en el transcurso de estos cuatro febreros. La creación del jurado diario como punto de darle vidilla al concurso o mis crónicas son el esfuerzo al igual que el vuestro de muchas horas robadas a la familia, al trabajo o al sueño. Y no. No merece la pena. El amor por la fiesta me mantenía a flote. Pero todo tiene un límite.

Ayer hablaba con unos buenos carnavaleros al final del pase a la final en una grata conversación. Y me di cuenta que ya había llegado a mi tope. En el carnaval malagueño no hay dinero. A todos nos cuesta esta fiesta que es irregular. Unos años muy buenos y otros no tanto. Y las frustraciones y enfados son lógicamente mayores que en otros carnavales donde sin ni siquiera actuar en un concurso tienen ya contratos por toda España. El enemigo del carnaval de Málaga ese ese. La falta de dinero. Otros en cambio ven al enemigo en la prensa mientras ellos cantan todo tipos de improperios a reyes, políticos, o entidades bajo el magnífico amparo de la libertad, la misma que no ven en la crítica. La vida misma. Después de aguantar durante cuatro años para algunos ser el enemigo y el daño al carnaval, me retiro pensando que así ellos se quedarán tranquilos admitiendo que su grupo ese año no es bueno o que mengano me ha ganado por que es mejor. Confío que es así. Que el problema es la prensa que los promociona y no el veneno malo. Por cierto, poned más empeño en que la televisión pública de Málaga retransmita todo el concurso antes que la autonómica la final. Pero bueno, no soy yo nadie para indicaros cuál es el enemigo. Válgame Momo.

Hoy cubriré la gala infantil con el orgullo de haber visto todos los grupos desde que llegué a prensa, incluso pidiendo horas en mi trabajo para comentar en redes sociales a todos ellos para que no faltase ninguna imagen o comentario de la cantera. Cantera que requiere un debate de todos sus integrantes. Muchos padres se quejan de que canten 10 minutos en el Cervantes. Ayer unas 30 personas veían a la primera murga infantil. Ni siquiera los padres que venían con la segunda murga infantil a los cuales veían unos 100 o 200 espectadores. Una pena. Aunque no se quiera ver.

Sobre los jurados, poco que añadir. Nunca he visto en estos años nada más raro que los gustos de cada uno. Ni conspiraciones ni tongos. Lo que sí yo quitaría son los puntos, porque solo sirven para mosquear más si cabe a los grupos. Con decidir quién vale o no para la siguiente fase o para los premios creo que es suficiente. Qué más da quedar el 12 que el 8.

Muchísimas gracias a todos y cada uno de mis lectores, estén de acuerdo o no sobre lo escrito por el tiempo robado y sobre todo a los que participasteis en el proyecto cultural de Martes de Carnaval, donde disfruté como un niño el día de reyes de grandes artículos de docencia pura y dura de nuestro carnaval. Este final de mi popurrí no tiene por qué ser triste. Disfrutaré de cada uno de vosotros en mi casa viéndoos por alguna web que dé las preliminares y que gracias a mi internet de taco no se me corte así como cuando venga mi murga de Benamejí ir al Alameda donde reside el más puro carnaval gracias a las cervezas del Quiosco de Manolo. Y eso sí, el móvil fuera de mis manos que como bien cantaba Godoy, se nos va la vida en comentar en vez de ver a los grupos.

Momo vela por nuestros carnavales. Un placer. Se despide de ustedes este romano canalla que nunca necesitó de un fake para expresarse. Hasta siempre.