Los padres del colegio María Espinosa de Estepona vuelven a reclamar la finalización del centro escolar donde estudian sus hijos. Los alumnos llevan ya dos cursos estudiando en este colegio sin que se haya finalizado totalmente la obra del mismo. Por eso, los padres han vuelto a solicitar que se concluyan los trabajos en el patio de recreo, en la zona deportiva y en otras zonas comunes para el ocio de los niños. Los padres reclaman también una zona verde ya que el colegio, a pesar de ser de reciente construcción, no cuenta con ninguna.

La Asociación de Padres y madres de alumnos (AMPA) del María Espinosa se reunirá en la tarde de hoy lunes con la dirección del centro para conocer cuál es la situación real del colegio. Los padres esperan que las obras puedan llevarse a cabo durante los meses de verano «aprovechando que los niños están de vacaciones», comenta una de las madres afectadas. Y es que los alumnos tienen que acceder al colegio por una zona que aún sigue vallada. «Los patios están sin terminar y los que hay disponibles son muy pequeños para el número de alumnos que hay en el centro. Por eso los maestros tienen que decir continuamente a los alumnos que no pueden correr y que no pueden acceder a determinadas zonas», comenta otra integrante del AMPA. Además, los alumnos tampoco cuentan con una zona adecuada para actividades deportivas.

Lo cierto es que los padres de los alumnos de este colegio llevan varios años lidiando con la lentitud de la burocracia. Al principio sus hijos tuvieron que ser reubicados en un colegio provisionalmente, hasta que se construyera el suyo que se hizo con varios años de retraso por diversos problemas. Luego, dos años después del traslado de los pequeños, el colegio aún no se ha terminado, pese a que la Junta de Andalucía prometió que el centro se acabaría cuanto antes. En todo este tiempo los padres de los alumnos han realizado varias protestas para exigir un colegio digno para sus hijos.

Una situación parecida tienen los padres de los alumnos del colegio Valeriano López. Un centro que aún no se ha construido y en el que hay matriculados más de 150 niños que reciben sus clases en un antiguo colegio.