El paso del tiempo logra imágenes que en la memoria se convierten en realidades elocuentes cuando el que las rememora se aferra a ellas con cariño. Alfredo Sanzol, autor y director de En la Luna, nos presta sus evocaciones para compartir, desde la vivencia inocente del niño, los recuerdos familiares que encuadran los acontecimientos de la historia cercana. La historia es más susceptible de interpretación cuanto más vigente y más intérpretes la pueden relatar. Y por tanto, más partidista. Pero la visión de los acontecimientos familiares son privativos de cada uno, aunque el entorno en que suceden nos abre puertas a comprender el momento social en que suceden.

La visión de Alfredo Sanzol, no es la de un niño, es la de un adulto consecuente que disfraza sus relatos con candidez y a la vez los carga de satírica emoción. Todo sucede en un espacio –La Luna– desde el que la lejanía de kilómetros permite reflejar universos paralelos y atemporizarlos. Todo sucede como si el mundo, la patria, la familia, estuviesen dentro de una pequeña urbanización que condensa en sus límites los acontecimientos. Son los límites de la memoria. Los personajes pueden actuar como adultos o adolescentes, pero su imagen distorsionada por los juegos del recuerdo, evocan rostros que se repiten sin necesidad de disfraz.

Los actores no necesitan componer a los personajes si no es con mínimos elementos, incluso manteniendo vestuario, para hacer creíble la diferenciación. Todo en el recuerdo es confuso y caprichoso, pero la contemplación externa del total nos da la idea más clara del individuo y sus vivencias. Alfredo Sanzol utiliza un sistema de narraciones breves que se van sucediendo sin freno, sin apenas transiciones, sólo mínimos pestañeos, que logran un desarrollo muy dinámico. Un muestrario de pequeñas obras independientes con el denominador común de lo familiar.

Pero es, sin duda, su técnica con los diálogos, lo que hace que este espectáculo resulte atractivo. Las conversaciones fluyen, entre divertidas y ácidas, con un sinfín de bucles que envuelven al espectador para mostrarle todas las posibilidades del pensamiento de los personajes. Con divertidísimos momentos como los que protagonizan los cabritillos cuando su madre ha de salir y, habiéndolos dejados solos en casa, reflexionan sobre la naturaleza de las pruebas que han de pedir al lobo y abrirle la puerta. Un mínimo ejemplo, en el que el magnífico elenco dirigido por Sanzol, logra sobrecogernos.

En la LunaTeatro Cánovas

Compañía: La Abadía.

Autor y director: Alfredo Sanzol.

Reparto: Juan Codina, Luis Moreno, Palmira Ferrer, Jesús Noguero, Nuria Mencía, Lucía Quintana.