­Pocas cosas hay que definan mejor a Andalucía que la Semana Santa y los toros. Mientras en las calles de Málaga pasean los tronos, la Sociedad Económica de Amigos del País acogía ayer la presentación de la Memoria Taurina 2014. El acto estuvo presidido por José Luis Ruiz Espejo, delegado del Gobierno andaluz en Málaga, quien aseguró que desde la Junta apoyan la fiesta y actúan como garantes de la misma, gracias al desarrollo normativo que han llevado a cabo en los últimos años.

La memoria está dividida en diferentes apartados, cada uno dedicado a una actividad taurina. Así encontramos: Lo que se enseño, sobre las escuelas; Lo que se vio, con datos de las temporadas de varios municipios malagueños; Las corridas de toros, sobre la acogida a los espectáculos; y Los que lo vieron, sobre los espectadores que asistieron. En general, el documento sirve para reflejar la evolución que este arte y sus alrededores ha registrado a lo largo del 2014, a la vez que ponerla en contexto y compararla con lo que ocurre en el resto de Andalucía.

Así, vemos que en 2014 se celebraron 104 festejos taurinos en la provincia, una cifra menor que la conseguida en 2013 (139); pero al mismo tiempo se produjo un aumento en el número de espectadores (163.000 en total). La nuestra es la tercera provincia que más corridas celebra, sólo superada por Cádiz y Sevilla.

Estos datos fueron valorados por Ruiz Espejo, para quien las cifras muestran que la tauromaquia malagueña sigue mostrando vitalidad pese al descenso de las cifras en 2014.

Pero la memoria no está compuesta sólo por datos estadísticos. Junto a ellos, se mezclan reflexiones y aportaciones de varias voces expertas en el mundo del toreo, como es el caso de Óscar Plaza, gerente de la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga. En este sentido, respecto a la enseñanza, cabe destacar que es uno de los pocos indicadores que sí ha subido respecto a 2013, situándose en un total de 18 clases contra las 15 de la temporada lectiva anterior.

Preocupación por el futuro

En el acto de presentación también estuvieron presentes varios presidentes de las plazas de toros malagueñas, como, por ejemplo, Ildefonso Dell´Olmo (La Malagueta), quien dejó clara su preocupación por el sector, que atraviesa «un momento crítico», según sus palabras. Apunta que es difícil saber cuál será la situación de la tauromaquia en los próximos años, ya que cabe la posibilidad de que las asociaciones pierdan el apoyo que hasta ahora les brinda la Junta de Andalucía.

Dell´Olmo es otra de esas voces expertas que colaboran en la memoria, uno de los expertos que piden a los aficionados que traten de concienciar a las administraciones públicas y a los dirigentes para tratar de «consensuar una salida que pueda entroncar con las sensibilidades sociales ya avanzada la segunda década del siglo XXI».

Pese a esta situación, el presidente de La Malagueta se mostró tranquilo, pues considera que «vivimos en una tierra que tiene interiorizada la vida del toro», a la vez que presume de este arte y que cuenta con el apoyo indudable de la Junta de Andalucía y con unos políticos que no dudan en reconocerse aficionados de los toros, mientras que en otras comunidades se tiende más al «rechazo o la indiferencia».

El texto termina con una súplica, la de convertir la comunidad en un «bastión» de esta fiesta, pero con una apariencia renovada, para seguir su actividad durante muchos años. «Una fiesta que lejos de ir hacia su inminente final, comience con mucho vigor desde Andalucía la nueva era de la tauromaquia», sentencia.