«Tengo que ir a la cárcel, por mi película», le comentaba Santiago Segura a un amigo. «¿Por qué?, tampoco es tan mala», le respondía.

Poco habitual ha sido la pantalla en la que hoy se ha proyectado la película 'Padre no hay más que uno', la que fuera la más taquillera de 2019. El filme se estrenaba el 1 de agoto y más de dos millones de espectadores tuvieron la oportunidad de ver en la gran pantalla la historia de Santiago Segura y Toni Acosta, junto a sus cinco hijos.

La prisión de Alhaurín ha acogido la proyección de la película más vista del pasado año. En la antesala de los Premios Goya, sus dos protagonistas han acudido al recinto penitenciario para compartir, con 170 internos, una experiencia «que supone una grandísima enseñanza para nosotros y para ellos», explicaba la actriz, Toni Acosta.

Tras el visionado, la pareja de actores estuvo abierta a la veintena de preguntas que corrieron a cargo de los internos. «Muchas de ellas, más interesantes que las que me han hecho en alguna rueda de prensa», confesaba Segura, que respondía dicharachero a las cuestiones y ocurrencias de los reclusos.

Durante más de media hora, el micrófono fue pasando de mano en mano y todo aquel que quiso tuvo la oportunidad de dirigirle alguna pregunta o impresión al matrimonio más divertido del panorama cinematográfico actual.

Entre respuesta y respuesta, el actor confesaba cómo había sido trabajar con sus hijas y desveló leves pinceladas de la segunda parte de este gran éxito en taquillas: «Va a ser la bomba porque viene la suegra».

Tras un repaso a su trayectoria y un paseo por las aventuras de Torrente, con el humor que lo caracteriza, Segura mandaba mensajes en los que invitaba a los espectadores a mejorar, como hace su personaje en la película. «¿Te imaginaste alguna vez que llegarías a ser el director de una película en la que trabajarías con tus hijas?», a lo que el actor confesó que se atrevió a hacerla porque sus hijas ya le hacían caso como padre.

Durante casi dos horas, 'Padre no hay más que uno' ha sido la causante de las risas que colmaron el salón de actos de la prisión de Alhaurín. «Ojalá la realidad fuera parecida a la comedia que hemos visto hoy». «Gracias por darnos este ratito, nos hacía mucha falta». «La película ha sido para mí una lección y me ha demostrado que hay que seguir adelante y luchar por tu familia», los agradecimientos se sucedían al finalizar los créditos.

Sus protagonistas afirmaron sentirse abrumados. Segura confesó haberse pasado la noche anterior a la proyección informándose sobre la vida en las cárceles de España. Acosta, por su parte, aseguró sentirse muy afortunada porque la película, de algún modo, sirviese de enseñanza y moraleja para ellos.

Este 2020 ha sido el segundo año consecutivo en el que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas decide acercar la película más vista del año a los internos de la prisión. «El pasado año se llevó a cabo en Sevilla y este año hemos querido repetirlo en Málaga», explicaba Rafa Portela, vicepresidente de la Academia.

La prisión de Alhaurín realiza una gran cantidad de actividades culturales. Para los internos, este tipo de iniciativas suponen una gran motivación. Teatro, arte dramático, un concurso de talentos o la proyección de películas, un abanico de posibilidades culturales se abre para ellos. «Es una gran satisfacción poder realizar estas actividades», explica Pepe León, uno de los internos de esta prisión. Cristian Liemen, por su parte, asegura que poder ver películas actuales, para ellos, es una motivación ya que «las películas te dan la vida y te permiten ver la realidad de ahí fuera».El humor como forma de entender la vida

El actor afrontó el encuentro con el humor que le caracteriza. Al ser preguntado por si no sintió vértigo al responder con notas cómicas a las preguntas de los reclusos, el actor confesaba que, en esta vida, se puede bromear de todo.

«Estoy muy contento de estar hoy aquí, porque me voy en un rato,si me tuviese que quedar tres años no lo estaría tanto», bromeaba. A lo que los internos respondían a carcajada limpia.

El humor, para Segura, es la única forma de aliviar la vida. «Hay que quitarle hierro a todo», sentenciaba.