Eclosión tecnológica

«Esto es el colmo»: tu próxima canción favorita la ha hecho la Inteligencia Artificial

La posibilidad de crear ‘falsas’ voces se ha popularizado en redes sociales como TikTok, en la que Rihanna ha ‘cantado’ temas de Beyonce o Kayne West ha versionado a Justin Bieber

La Inteligencia Artificial, también en la música.

La Inteligencia Artificial, también en la música. / carles planas/ignasi fortuny

Carles Planas / Ignasi Fortuny

Drake está enfadado. Hace dos semanas, un vídeo en el que el rapero aparecía cantando una canción de la artista Ice Spice empezó a circular por internet. Sin embargo, él nunca ha rapeado esa letra. Aunque convincente, la voz que sonaba no era la suya, sino una creación generada con Inteligencia Artificial (IA). «Esto es el colmo», se quejó. La industria de la música asiste con temor a la eclosión de esta tecnología.

Tu próxima canción favorita podría haber sido creada con una IA. En los últimos meses se han desarrollado nuevos programas capaces de aprender y replicar la modulación y entonación vocal de cualquier artista. Así, los usuarios pueden hacer que esa ‘falsa’ voz generada por la aplicación versione temas de otros artistas o cante una letra completamente nueva. Esa posibilidad ha llevado a una tendencia de experimentación que se está popularizando en plataformas como TikTok, donde se ha viralizado a Rihanna cantando «Cuff it» de Beyonce; Ariana Grande versionando «Passionfruit», de Drake; y «Love Yourself», de Justin Bieber, reinterpretada por Kanye West. Crear temas con la voz de otros artistas nunca ha sido tan fácil.

Frederic Font, investigador del grupo de Tecnologia Musical de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), advierte de que el potencial es muy grande y que, en el caso de la música, «no deja de ser algo muy experimental». El experto expone que «hay una parte de la investigación en la IA donde la intención no es sustituir completamente el proceso de creación, sino ayudar o contribuir a un artista a pensar de una manera diferente». «Desde este punto de vista no es tan rompedor, es lo que ha pasado en toda la historia de la música a medida que han ido irrumpiendo elementos nuevos», añade.

Sin embargo, todos esos contenidos se están generando sin el consentimiento de aquellos a quienes se plagia su técnica vocal, algo que inquieta tanto a artistas como a las discográficas. Consciente de ese cambio, Universal Music Group ya ha pedido a las grandes plataformas musicales de streaming —entre ellas Spotify y Apple Music— no permitir a compañías de IA acceder sin permisos a su catálogo. «No dudaremos en tomar medidas para defender nuestros derechos y los de nuestros artistas», amenazaron.

Font, sin embargo, apunta que «en el campo de la música no se puede entrenar con tantos datos como en otros campos como en la imagen o el texto, y entonces la calidad no llega a ser tan buena».

Hace una semana, un usuario de TikTok publicó «Heart on my sleeve», una canción creada con IA para replicar las voces de Drake y The Weeknd. Tras acumular más de siete millones de visualizaciones, el tema saltó a Spotify y Apple Music, donde más de 600.000 personas la escucharon en menos de 24 horas. Dos días después la canción ya no podía escucharse en ninguna de esas plataformas ni en YouTube, si bien está encontrando otras vías para mantenerse en circulación.

Se desconoce si las discográficas habrían pedido eliminar esa canción y qué intenciones hay detrás de esa misteriosa cuenta. ¿Es una estrategia de Drake y Universal para captar nuestra atención o de una violación de de los derechos de autor de algún oportunista? TikTok no ha querido dar detalles, pero ha recordado que sus políticas no permiten «contenidos que vulneren los derechos de propiedad intelectual de otras personas». En una semana frenética en la relación IA/música, también hemos asistido a la ‘resurrección’ de Oasis gracias a la inteligencia artificial. Este rencuentro postizo de los hermanos Gallagher se ha bautizado como AISIS [AI son las siglas en inglés de Artificial Intelligence]. ¿Supone la IA una amenaza para artistas y creadores? «No creo, puede suponer que cosas se transformen. Esto también dependerá de la actitud del oyente. El vínculo entre el oyente y el artista va más allá de la música en sí, del fichero de audio en sí, y lo que hacen estos sistemas al final es generar ficheros de audio», responde Font. La petición de Universal se enmarca en una preocupación acentuada tras la eclosión de la IA generativa. El temor a que la automatización causada por herramientas como ChatGPT afecte a cada vez más profesiones ha llevado a una reacción de quienes pueden verse afectados. Ilustradores y empresas gráficas ya han denunciado a generadores de imágenes como Stability AI, DevianArt o Midjourney por violar los derechos de autor. Las discográficas pueden seguir esa senda. «El concepto tradicional de derechos de autor ya se ha ido viendo cuestionado en la era digital. Estos sistemas son un paso más», defiende Font. «Quizá lo que se tiene que cuestionar es el concepto de derecho de autor», añade.

El impacto de la IA en la música va más allá de los generadores de voces. Google ha desarrollado un modelo de lenguaje, MusicLM, capaz de generar música a partir de descripciones de texto. Aunque la compañía no lo ha publicado por los «riesgos asociados con la posible apropiación indebida de contenidos creativos», esa posibilidad supondrá otro reto para la industria musical. El primer libro que exploró la idea de que los ordenadores puedan ayudar a componer música fue escrito en 1959. La evolución ha ido acelerando una posibilidad que varios artistas han preferido ver como una oportunidad. Es el caso de Arca, Holly Herndon, Toro y Moi o Ash Koosha, pero también lo hizo —aunque en una fase más primitiva— David Bowie, que experimentó con un generador de frases aleatorias. En los casos mencionados son los artistas quienes clonan sus voces con IA para innovar. El riesgo viene cuando es un tercero quien se apropia de ello. Más recientemente, el DJ y productor David Guetta usó esta tecnología en uno de sus directos para recrear la voz del rapero Eminem. El complejo debate generado alrededor llevó al francés a concretar que no comercializaría esa creación.

Ante este enorme reto, la industria musical tendrá que adaptarse. Algunas plataformas llevan tiempo haciéndolo. Es el caso de Spotify, que trabaja en una serie de herramientas de IA que permitirán a los usuarios componer música sintética y remezclar la de varios artistas, pero también el de Apple Music, que el año pasado compró una startup experta en esta tecnología. En el Reino Unido las autoridades incluso estudian si la música artificial podría tener derechos intelectuales.

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