Reconocimiento
María Victoria Atencia: la "serenísima" ya es Hija Predilecta de Málaga
La galardonada y querida poeta recibió este jueves la Medalla de la ciudad y el máximo reconocimiento del Ayuntamiento en un pleno de emoción elegante y escueta
La autora recibió la distinción «como un inmenso gozo y regalo» y leyó fragmentos de Ciudad del paraíso, de Vicente Aleixandre
Lleva más de 60 ayudando a que la poesía «salga desde lo más profundo para expresar lo que no se conoce, lo que se quiere adivinar y entrever». María Victoria Atencia (Málaga, 1931) es una de las médiums imprescindibles de las que se vale nuestro idioma, el español, para que las palabras nos puedan arrojar «el misterio de la luz imprevista» que, en esencia, supone la vida humana. Y de entre todas esas palabras, muchas, muchísimas, una, Málaga, corona buena parte del poemario de esta mujer pionera, discreta y humilde, tranquila, «serenísima», según feliz apodo de Jorge Guillén. Por eso, para saldar esa deuda, la ciudad otorgó ayer su máximo reconocimiento, la Medalla y el título de Hijo Predilecto a la autora de La Malagueta en un pleno extraordinario celebrado en el Consistorio.
«Quiero manifestar el inmenso gozo y regalo que supone este reconocimiento de Málaga, mi ciudad», empezó expresando la poeta en su breve pero sentido discurso. Unas palabras iluminadas por «los ausentes», como, por supuesto, su marido, el fallecido Rafael León («mi compañero y maestro»), así como por Enrique Atencia y Molina y su hermano Manuel: «Sólo la palabra Ayuntamiento me trae recuerdos de ellos, que trabajaron «por amor a Málaga».
Confesó la escritora de Ex libris que habría querido tener escrito para la ocasión «un gran poema sobre Málaga, el mejor» de su vida, pero «no ha querido salir, dijo que no». Quizás porque ya está escrito y es, dijo, Ciudad del paraíso, de su amigo Vicente Aleixandre. Y pasó María Victoria a recitar dos fragmentos que zanjó con un escueto «Gracias» tras el que se levantó la sesión.
Pionera
Los portavoces de los grupos municipales habían glosado con anterioridad en sus intervenciones los méritos de la poeta para hacerse con el reconocimiento. Y el alcalde, Francisco de la Torre, quiso destacar que con el reconocimiento dispensado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Málaga la capital de la Costa del Sol «salda la deuda» con una escritora que ha escrito tanto sobre su tierra y que la ha proyectado a España y el resto del mundo.
Todos los intervinientes resaltaron el carácter pionero de una mujer que fue la primera en muchas cosas: se sacó la licencia de piloto de aviones cuando volar entre nubes era cosa de hombres, fue la primera mujer en dar el pregón de la Semana Santa de Málaga, también la primera autora española en recibir el Premio Reina Sofía de Poesía... María Victoria siempre se ha salido con la suya, a su manera callada y desplegando su sonrisa, pequeña pero expresiva: escribió, voló y lo dejó todo para ser madre y ama de casa cuando sintió apretar la responsabilidad vital; dejó aparcadas las palabras pero no el corazón poético porque, como aseguró en una entrevista con Babelia, «Lo elevado también vive en lo cotidiano, en la casa, en los hijos, entre los pucheros, como decía Santa Teresa».
María Victoria Atencia siempre ha estado, como suele decir, «entre el cielo y el suelo». Afortunadamente, siempre lo ha hecho entre nosotros, los malagueños y malagueñas que son hoy mejores personas gracias a esas piezas de belleza exacta y perfecta que son los poemas de nuestra ilustre vecina de La Malagueta.
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