El 1 de septiembre, tradicionalmente, es una fecha que invita a la tristeza, al desencanto, al síndrome posvacacional. Sin embargo, para la afición malaguista hoy es un día de felicidad. Y es que el 3-0 al Atlético de Madrid en la primera jornada de Liga –frente a un conjunto rojiblanco que tiene una plantilla de primer nivel europeo liderada por la dupla de taque ´Kun´ Agüero-Diego Forlán– parecía un reto imposible. Pero no.

Los seguidores blanquiazules se levantaron ayer con una sonrisa de oreja a oreja. No era para menos. Como la que mostraban los jugadores malaguistas en el entrenamiento matinal mientras hacían carrera continua –los titulares– o partidillos, rondos o fut-voley –los suplentes o no convocados–.

Y es que fue el mejor arranque del Málaga CF en sus quince años de historia. Corta pero intensa. Jamás soñado, sobre todo después de que el cuarto proyecto de la ´era Fernando Sanz´ se haya visto obligado a incorporar nada menos que a catorce futbolistas nuevos, muchos de ellos anteayer en el once inicial contra los ´colchoneros´.

Pese a la falta de compenetración de muchos de los jugadores, pese a las lesiones de Apoño, Jordi Pablo, Hélder y Cuadrado, pese a la ausencia por falta de ritmo de Edinho o a la obligación de contar con una defensa de circunstancias, pero que tiró de casta y amor propio, formada por ´cuatro´ malagueños: tres nacidos en la tierra –Manolo, Jesús Gámez y el joven Manu –de 20 años, que debutaba– y Duda, tan arraigado a la ciudad como cualquier otro, el equipo dio una lección de juego.

"Bien no, muy bien". No es de extrañar que Antonio Benítez, santo y seña del Málaga durante medio siglo, respondiera de forma explícita cuando se le preguntó qué tal todo. "Bien. Bien no, muy bien". Y es que ni los más optimistas esperaban un comienzo tan fulgurante como el que ofreció el bloque malaguista, ya con los colores albicelestes que en 1983 endosaron seis goles al Real Madrid (6-2), en los que participó el médico, Juan Carlos Pérez Frías como extremo derecho, y cinco al Atlético de Madrid (5-1), asimismo en un inicio de campeonato, en las jornadas segunda y cuarta. Más recientemente, hace casi siete años, en la quinta jornada de la Liga 2002/03, el Málaga CF le ganó también con solvencia, al Atlético. El resultado final fue de 3-1, pero el tanto ´colchonero´ llegó en el minuto 94.

Dos de los tres goleadores de entonces vivieron anteayer ´in situ´, aunque con otras responsabilidades, esta ´hazaña´: Dely Valdés –de penalti–, ahora segundo entrenador del equipo, y Fernando Sanz, actual presidente, marcaron aquel día. El tercero fue obra de Manu Sánchez.

Al final de aquella campaña el Málaga CF disputó la Copa de la UEFA. Aún es pronto para pensar en cotas mayores, pero la Liga no ha podido empezar mejor.

Y todo ello sin que haya acoplamiento de la gran mayoría de los fichajes, después de las dudas surgidas durante la pretemporada con la portería y con un césped indigno de un equipo de Primera División.

A pesar del enorme partido realizado por el Málaga, la prensa del resto de España incidió ayer más en el traspiés del Atlético de Madrid que en los méritos contraídos por el bloque albiceleste, que fueron muchos.

También hubo algunos medios de comunicación que se rindieron a la evidencia, a la magnífica gestión realizada desde la presidencia, la dirección deportiva, el cuerpo técnico y la plantilla. Al apoyo a la cantera desde el primer choque del campeonato. En definitiva, el buen hacer de un proyecto que si pudiera haber hecho pensar en que había sonado la flauta años atrás, la melodía se repite igual de bien por cuarta temporada consecutiva. De un Málaga que, aunque esto sólo haya hecho que empezar, tiene una pinta envidiable. Sólo basta mirar la clasificación. Y recrearse una y otra vez en ella.