La figura de Vladimir Putin, primer ministro y uno de los hombres más poderosos del mundo, y el compromiso de invertir cientos de millones de dólares han sido las principales bazas de la candidatura rusa para acoger el Mundial de 2018.

«Supongo que el hecho de que Europa Oriental nunca haya acogido el Mundial será un factor importante a la hora de decidir en favor de Rusia», aseguró recientemente Putin, un gran aficionado a los deportes, en particular al judo y al esquí.

Ante la ausencia de Putin, el futbolista del Arsenal de Londres, Andréi Arshavin, fue la principal estrella de la delegación rusa, junto al portero soviético Rinat Dasaev y la plusmarquista mundial y doble campeona olímpica de salto con pértiga, Yelena Isinbáyeva.

«Se invertirán mil millones de dólares en el desarrollo del fútbol base, el femenino, el fútbol playa y el fútbol para personas con minusvalías», aseguró Arshavin.

Rusia, cuya selección (antes soviética) logró su mayor éxito futbolístico al alzarse con la Eurocopa de Naciones en 1960, tenía el presupuesto global más alto de todas las candidatas (considerados los de la Copa Confederaciones y del Mundo y los destinados a los estadios). Según la prensa, la inversión real será de cientos de miles de millones de dólares, ya que, para empezar, 13 de los 16 estadios y el grueso de las infraestructuras tendán que ser construidas desde cero.

El ministro de Deportes ruso, Vitali Mutkó, había apuntado en las horas previas que si la FIFA quiere que el fútbol siga creciendo lejos de la vieja Europa, como ocurrió con los Mundiales de Corea y Japón (2004) y Sudáfrica (2010), Rusia debía ser la elegida, ya que dejará mayor legado que las otras candidatas.

Putin ha prometido que Rusia eximirá de visados a participantes y visitantes durante la disputa del Mundial, y garantizará el transporte público gratuito en autobuses y trenes por el país a aquellos aficionados que dispongan de entrada para el torneo.

La FIFA ha apostado por Rusia a pesar de las malas infraestructuras hoteleras y, especialmente, de transporte, tanto debido al atraso ruso en ese terreno, como a las grandes distancias entre las sedes del Mundial. Otro factor a mejorar es la seguridad, ya que Rusia es un país sacudido con frecuencia por el terrorismo, razón por la que ninguna ciudad caucásica ha sido elegida sede, pese a que es una región con una gran afición al fútbol. Además, los estadios apenas acogen a unos pocos miles de aficionados cada fin de semana. Otra cuestión que habrá que mejorar.