Se llama Alejandro Davidovich (5/6/1999, Rincón de la Victoria) y está dispuesto a alcanzar la élite del tenis mundial. Para ello dedica más de cinco horas diarias junto a su entrenador Jorge Aguirre, y su trabajo ya está dando frutos siendo uno de los valores más firmes de la cantera tenística nacional. Entrena a diario en el Racket Club de Fuengirola y sin haber cumplido aún los 16 años, este malagueño de origen ruso quiere que su nombre suene con fuerza en el Circuito Mundial Júnior. De momento, ya ha alcanzado la final en su primer ITF de Grado 2.

En Vinaroz (Castellón) arrancó desde la preprevia. ¿Cuántos encuentros tuvo que disputar para llegar a la final?

Dieciocho partidos individuales. A eso hay que sumarle dos partidos de dobles que jugué.

Un par de semanas antes se alzó con el triunfo en la prueba Marca Jóvenes Promesas celebrada en Puente Romano, además del Máster Rafa Nadal Tour del año pasado en Mallorca. ¿Cuál cree que es la clave de sus resultados?

Cada día creo más en mí mismo. Me siento más fuerte, más hábil. Enfrentarme cara a cara con los mejores y ganarles hace que crezca mi confianza.

¿Ha superado las molestias que le hicieron volver a Málaga?

Estamos tratando los isquiotibiales con el fisioterapeuta, punción seca y ejercicios de readaptación. Aún me duele pero es normal por la carga de partidos.

¿En qué se basan sus entrenamientos a lo largo de la semana?

Hago cuatros horas de trabajo en pista al día (dos por la mañana y dos por la tarde) más una hora y media de físico. Esta última parte se me hace más pesada, excepto cuando vamos al gimnasio que es más llevadero.

¿No le echan de menos tus padres?

Mi madre está acostumbrada. Además, le viene bien un respiro de vez en cuando (sonríe).

¿En qué mata su tiempo cuando no juegas al tenis?

En leer (ríe a carcajadas). Me gusta mucho dormir. Aparte, veo bastantes partidos de tenis a través de internet.

Lleva más de cuatro años junto a tu entrenador, Jorge Aguirre. ¿Qué representa para usted?

Jorge no solo es mi entrenador, es parte de mi familia. Él me dice qué tengo que hacer antes de los partidos, analizamos a los rivales para encontrar debilidades, evitar sus puntos fuertes...

¿Y cuál es el punto fuerte de Alejandro Davidovich?

Mi manera de luchar, mi forma de ver el juego. Hacer lo correcto cuando toca, sobre todo en los momentos claves de los partidos. Que mis padres sean rusos quizás tenga algo que ver en eso de mantener la cabeza fría.

¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?

Para este año entrar en la lista de los mejores jugadores júnior del mundo. Creo que tengo mucha capacidad de mejora.

Si la Real Federación Español de Tenis llama a su puerta para ir a entrenar con ellos, ¿que hará?

En estos momentos no aceptaría, estoy contento por cómo van las cosas.

¿Qué torneo le hace especial ilusión ganar?

Roland Garros. La tierra batida es mi superficie favorita. Me encuentro muy cómo deslizándome en ella.

Hablando de tierra batida... Rafa Nadal presenció la final que ganó usted en Mallorca en el marco de su Tour by Mapfre. Su entorno le definió como un jugador con un «potencial tremendo». ¿Algún comentario al respecto?

Son palabras que agradezco, pero lo único que me importa es mejorar día a día. Competir con la élite del tenis mundial es el sueño a conseguir.