El triunfo del Rincón Fertilidad contra el Aula Valladolid del pasado sábado aún colea y ha convertido a las malagueñas en la auténtica bestia negra de las pucelanas. La victoria de las chicas de Diego Carrasco, la sexta consecutiva contra las vallisoletanas en los dos últimos años, dejó una catarata de reacciones durante y después del partido. Unos actos sobre la pista del equipo local que no fueron a mayores pero que generaron mucha tensión.

La rivalidad entre ambos equipos está subiendo de tono en los últimos meses. Ambos se están erigiendo como rivales íntimos y el pique está llegando lejos de las pistas. En el segundo tiempo del encuentro disputado el pasado sábado en Valladolid, la tensión subió un grado desde la grada.

Al término del partido, la celebración de las malagueñas sobre la pista por conseguir una importante victoria (27-29) fue entendida como una provocación por la afición local, lo que generó insultos e incluso hubo intención de saltar a la pista por parte de algunos aficionados. La tensión no fue a mayores y finalmente se marcharon las chicas de Diego Carrasco a vestuarios sin lamentar más incidentes que insultos y momentos de nerviosismo, aunque la «batalla» continuaba ayer en las redes sociales.

En cualquier caso, el club malagueño lanzó al término del partido un comunicado para aclarar la situación: «Desde el Club Balonmano Málaga Costa del Sol queremos mostrar nuestro rechazo a los incidentes ocurridos a la conclusión del encuentro entre Aula Valladolid y Rincón Fertilidad Málaga.

Al término del mismo, varios aficionados han saltado a la pista encarándose con nuestras jugadoras de malos modos al no considerar ellos apropiado que el equipo celebrase en la misma pista un triunfo tan importante para nosotros.

Queremos mostrar nuestro agradecimiento al Aula Valladolid, ya que las jugadoras se han involucrado a favor de la defensa de nuestras jugadoras. Nosotros respetamos al máximo a Aula Valladolid, un club que consideramos ejemplar siempre en el trato con nosotros.

También queremos remarcar que la actuación de unos pocos no debe manchar el nombre de toda una afición. Siempre es un placer jugar en Huerta del Rey ante un público que vive y siente el balonmano».