El patinador madrileño Javier Fernández traerá el próximo 17 de noviembre al Martín Carpena su espectáculo «Revolution On Ice», en el que mezclará «patinaje, música o acróbatas» según relató a La Opinión de Málaga este lunes, explicando su nexo de unión con la ciudad y la provincia: «De pequeño venía a Málaga a veranear con mis padres y mi familia». Luego, su pasión por el patinaje le llevó a otro continente a vivir y a trabajar para hacer historia en el deporte de invierno español. En una actividad sin ninguna tradición en nuestro país, Fernández ha logrado ser bicampeón del mundo (2015 y 2016) y es campeón de Europa desde hace seis años de forma ininterrumpida. Un pionero que vino del frío a Málaga, donde este lunes presentó en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento, junto al alcalde Francisco de la Torre, su show «Revolution On Ice». «Se trata de un espectáculo diferente, para todos los bolsillos, que mezcla patinaje con música, con actuaciones. Es diversión para todas las edades», explicó.

Javi tiene una vinculación especial con Málaga, porque de pequeño venía a veranear con su familia. «A mí Málaga me encanta, y tenía que traer el espectáculo. Es una ciudad estupenda y tengo muchos recuerdos. De pequeño venía con mi familia en verano, pero luego ya me decidí por el patinaje y mi vida cambió». Y de Málaga es también uno de los amigos que el mundo del deporte le ha brindado y que, como él, también es medallista olímpico: el mijeño Regino Hernández. Ambos han sacado del ostracismo al deporte de invierno español en estos Juegos Olímpicos de PyeongChang tras 26 años sin medallas olímpicas. Y, de repente, dos de una tacada. «Conocí a Regino en los Juegos de Vancouver 2010. Y hemos mantenido una buena relación, nos mandamos mensajes y hemos jugado con la Play on line más de una partida, cada uno desde su casa. Regino tiene un talento excepcional, lo que ha conseguido no se lo ha regalado nadie y es muy merecido», relata. Y es que el rider mijeño se colgó unos días antes que Javi una medalla de bronce en el cross del snowboard.

«Dos medallas, estos dos bronces, ha sido una barbaridad», relata aún emocionado el patinador madrileño, de sólo 26 años, y con un historia inmaculado. Y es que, aunque Javier había logrado ya dos entorchados mundiales superando a patinadores, chinos, estadounidenses o canadienses, para él «este bronce tiene más valor que un oro en un Mundial». «Aunque haya sido campeón mundial, unas Olimpiadas son muy especiales, muy diferentes. Unos Juegos es algo increíble, no tengo palabras para explicarte lo que han supuesto para mí. Tengo una medalla olímpica y me llena más que cualquier otra cosa. Más que el oro en los Mundiales. Mi reto era ese cuando preparaba estas Olimpiadas. Mi reto era subirme al podio olímpico. Por supuesto que me preparé a conciencia para ser el mejor, para ganar el oro. Pero mi reto era la medalla y subir al podio», relata a este periódico este increíble pioniero, que aún se pone colorado cuando se destaca su increíble contribución al deporte español. «En España tenemos buenos genes. No soy el único que destaca en un deporte minoritario. Fíjate Carolina Marín en bádminton o el propio ejemplo de Regino. Aquí hay grandísimos deportistas».

El campeonísimo se pasó el lunes por Málaga y volverá el 17 de noviembre con su espectáculo «Revolution on ice». «Hay que ir a verlo, no os vais a arrepentir y hay precios para todos los bolsillos». Vayan guardando fecha en el calendario.