Voleibol

«Jugar la Final Four de la NCAA ha sido la mejor experiencia de mi vida deportiva»

La jugadora malagueña Raquel Lázaro pasa estas fiestas navideñas en casa junto a su familia, tras lograr hace solo tres semanas el subcampeonato universitario americano con las Cardinals de Louisville, en la finalísima celebrada en Nebraska

Raquel Lázaro posa para La Opinión de Málaga en el Parque del Oeste.

Raquel Lázaro posa para La Opinión de Málaga en el Parque del Oeste. / Emilio Fernández

Emilio Fernández

Emilio Fernández

Raquel Lázaro (4/1/2000) pasa unos días de vacaciones en Málaga junto a su familia. La hija del exjugador cajista Jesús Lázaro todavía está asimilando el hito que logró hace unas semanas, al proclamarse subcampeona de la NCAA de voleibol estadounidense con Louisville, tras una Final Four en la que jugó ante 17.000 espectadores.

«Jugar la Final Four fue una pasada. Había 17.000 personas en el pabellón. Nunca había jugado delante de tanta gente. Clasificarnos ya fue increíble para nosotras. Yo lloré un montón cuando conseguimos el pase. Quedaba una semana para la Final Four de Omaha (Nebraska) y fue todo una locura. Cuando llegamos a allí fue como si fuéramos famosas. Teníamos que ir todas juntas pasando por delante de los fans antes de los partidos, íbamos rodeadas de cámaras, nos hicieron muchas entrevistas, cosas para las redes sociales, fotos, vídeos... Fue todo una pasada», recuerda todavía ilusionada.

«El primer partido contra Pittsburg fue un partidazo. Se decidió en el último set, que lo jugamos increíble. Las dejamos en solo 2 puntos (15-2). Yo ni me lo creía. La grada apoyándonos a tope... En la final tuvimos opciones en el primer y en el tercer set, pero nos faltó algo más de ataque. Por tonterías no pudimos meterle más presión a Texas. Jugar esta Final Four ha sido mi mejor experiencia deportiva, incluso por encima de cuando he jugado con la selección española», afirma la colocadora costasoleña.

Raquel ha jugado en las Cardinals de Louisville después de cuatro años en Los Ángeles. La jugadora malagueña recuerda cómo fue su llegada a la universidad del estado de Kentucky. «Cuando llegué a Louisville sabía que podíamos hacer cosas importantes. Buscaban una colocadora con experiencia y ahí es donde les encajó mi perfil. Me llamaron y las primeras veces que hablé con la entrenadora, Dani Busboom Kelly, que fue colocadora en su tiempo, fue muy agradable conmigo. Había otras opciones, pero desde el principio me interesó Louisville porque además me encantó el trato desde el principio con la entrenadora. Cuando fui por primera vez a hacer mi visita oficial fue todo genial. Lo vi como una familia, había muy buen ambiente entre las jugadoras y el staff, algo que en mis 4 años en Los Ángeles no lo había visto. Luego ya en verano, cuando comenzamos a entrenar, vimos que había muy buen equipo y que trabajando bien podíamos llegar muy lejos. Ganamos desde los primeros partidos con muy buen juego y empezamos a ilusionarnos que por qué no pensar en grandes cotas. Tuvimos bajones y subidas durante la temporada, que es muy estresante, con 3 partidos por semana, pero en los peores momentos siempre sacamos los partidos jugando como equipo», manifiesta.

Raquel Lázaro.

Raquel Lázaro. / Emilio Fernandez

Raquel asegura que la facilidad para compaginar en Estados Unidos los estudios y la práctica deportiva no es ningún mito. «Lo de jugar y estudiar allí es verdad que es más fácil que en España u otros países. Allí las clases son con menos alumnos, al final los profesores te conocen y saben que estás en el equipo y cuándo y dónde juegas. No te regalan nada, pero sí te ayudan cambiando fechas de exámenes o cosas así», afirma la malagueña.

Resulta extraño que con una madre exjugadora de baloncesto y un padre que ha estado en la elite del básket durante tantas temporadas, Raquel se haya decantado por otro deporte. La malagueña recuerda cómo fueron sus orígenes en el voleibol. «Cuando era pequeña jugaba al básket. Estando en Murcia, siendo yo alevín, jugábamos mixto. Ya empezaban a dar muchos golpes los chicos y un día dije «paso». Decidí probar gimnasia rítmica y también voley playa. La entrenadora que tuve en voley playa, que se llama Carolina Pérez, me encantó. Me enseñó a amar el voley. Luego me apunté a pista. Un día, después de un entrenamiento, me quedé yo sola para practicar saque en potencia, pero no me salía. Vi allí a un señor con pinta de que me podía ayudar y le pedí que me dijera cómo se hacía. Era Pascual Saorín, que ahora es precisamente el seleccionador nacional femenino de España. Él, cuando me vio, le dijo al «presi» que me subiera de categoría con las infantiles y entrenando con ellas me vio la entrenadora de las cadetes y me cogió para su equipo. O sea, que pasé a jugar con chicas 3 y 4 años mayores que yo. Todo empezó ahí...».

Raquel asegura que la experiencia profesional de su padre es muy importante en el día a día para ella. «Mi padre sabe muy poco de voley y a veces me estresa un poco (risas). Pero es una gran ayuda para mí. Yo siempre que tengo algún problema le llamo. Me da un montón de consejos, ve todos mis partidos y después los comentamos. A veces cuestiona alguna decisión mía y eso me pone nerviosa, pero tanto él como mi madre y mi hermana son mis apoyos fundamentales. Es una ventaja tener un padre que ha sido profesional para poder hablar de todo esto. Cuando me veía desmotivada alguna vez en Los Ángeles, me pasaba vídeos de Kobe Bryant o entrevistas motivacionales. La verdad es que papá es una ayuda en muchas cosas para mí», reconoce.

Raquel enfoca ahora su carrera profesional, tras superar la etapa universitaria. Lamenta que el voleibol en España no sea pujante, lo que le obligará a buscar un equipo en el extranjero. «El voley es un deporte precioso. Pero la gente no va a verlo. En España no hay dinero y por eso las jugadoras extranjeras buenas no vienen y las españolas que destacan se van a otras ligas. Y eso, junto con el poco eco mediático... La selección española somos ahora un equipo muy joven y creo que tenemos futuro para ir subiendo poco a poco. Yo creo que si la Federación Española diera un impulso a sus redes sociales e hiciera más promoción, el proyecto crecería y a partir de ahí tendría más visibilidad», afirma.

De momento, Raquel Lázaro espera destino. Pronto habrá noticias.