El candidato a la alcaldía de Málaga, Juan Cassá, achaca las voces críticas que han ido emergiendo en el seno interno de Ciudadanos a la «frustración» generada entre un numero elevado de militantes por no haber tenido, finalmente, cabida en un proyecto que quiere despegar con fuerza en su aventura municipalista y que, ahora, se canaliza a través de un deseo de «querer desestabilizar al partido».

Sobre sus aspiraciones personales, y las acusaciones vertidas sobre su propia figura que lo relacionan con un proceso de elaboración de listas orquestado, para que sea el propio Cassá quien pueda hacer su entrada como diputado provincial, se reiteró ayer en su intención de querer convertirse en el próximo alcalde de Málaga. «Yo estoy aquí para ayudar a la ciudad de Málaga y mi futuro sólo pasa por el ayuntamiento», dijo Cassá. En declaraciones a este periódico resaltó así de nuevo su firme compromiso de hacerse con la alcaldía de Málaga.

«Puedo negar rotundamente que vaya a ocupar un puesto en la Diputación», señaló el cabeza visible del partido en la ciudad. Preguntado sobre un creciente descontento entre la militancia base, aseguró que todas las candidaturas han seguido rigurosamente «los procesos que demandan los estatutos de nuestro partido» y justificó las críticas de los últimos días, que ayer se aglutinaron en torno a una reunión mantenida entre varios militantes de Ciudadanos, al atractivo que despierta un partido en pleno crecimiento «entre mucha gente interesada que antepone sus intereses personales a los de Ciudadanos». De esta manera, dijo «poder entender la frustración generada en algunas ocasiones», pero no «las maneras de unas personas a las que no merece la pena ni darle publicidad».

En referencia a las candidaturas en núcleos de indudable peso, como las de Estepona, Marbella o Antequera, que se han ido cayendo a última hora, Cassá apuntó directamente al Comité Ejecutivo de Ciudadanos en Barcelona como responsable de no validar dichas candidaturas. «Me atribuyen funciones que no tengo», se excusó Cassá.

Sobre el caso concreto de Torremolinos y la expulsión de Rafael Valle, que había sido elegido por primarias para liderar la candidatura en el municipio, Cassá explico que éste había incumplido los estatutos del partido por «realizar encuestas ilegales entre los afiliados y por publicar sus nombres en internet sin el debido consentimiento».

En lo ocurrido en Marbella, donde ha sido defenestrado el coordinador local, Juan Soriano, Cassá insistió en «la falta de cohesión interna» y las «nulas garantías que ofrecía un proyecto que ponía en peligro la marca de Ciudadanos». Así, aseguró que desde la expulsión de Soriano, se ha incrementado el número de afiliados en Marbella.

En sus declaraciones, Cassá habló de un proyecto que persigue una estrategia sólida y sin urgencias ni necesidades de presentarse en todos los municipios si no se puede garantizar «el buen nombre de Ciudadanos». Hay que recordar que muchos militantes de la provincia se han unido a la denominada Plataforma por las Garantías Ciudadanas que cuestiona los actuales procedimientos del partido.