Una serie de barros malagueños del siglo XIX se han convertido en la imagen de la Feria Taurina Malagueña de 2013. Una de estas piezas es la que ilustra los carteles, y que fue reproducida en su parte posterior para anunciar la presentación de los carteles en un acto que se celebraba en el ruedo del coso de La Malagueta. La pieza que se ha reproducido es una obra del afamado artista José Cubero Gabardón (Baena, 1818 - Málaga 1877), que representa a un torero elaborado en terracota y policromado a mano. Pertenece a la Colección Juan Barco, que próximamente verá la luz en el nuevo Museo Taurino de nuestra ciudad.

Con esta elección, desde la empresa Coso de Badajoz, representada por José Cutiño, se enfatiza en el papel de Málaga en la tauromaquia, siendo estas pequeñas esculturas todo un referente cultural de mediados del siglo XIX. La obra, procedente de una colección inglesa, fue adquirida por Juan Barco, quien facilitó su restauración. Otra de las piezas de esta serie, en este caso representando a un picador ejecutando la suerte de varas, es la que ha sido empleada para anunciar el I Desafío Ganadero que medirá a las dos corridas más duras del abono.

Con estas elecciones se ha querido poner en valor parte de las obras que componen la Colección Juan Barco, y que próximamente serán exhibidas en el nuevo Museo Taurino de Málaga que se instalará en el edificio que con anterioridad ocupaba el Patronato de Turismo de la Costa del Sol en la plaza del Siglo.

La colección taurina, constituida por unas 1.400 piezas valoradas en más de seis millones de euros, está considerada por los expertos como una de las más importantes y completas de las existentes en el mundo desde un punto de vista histórico. Reúne obras gráficas, esculturas, indumentarias, abanicos, útiles de torear, filmoteca, documentación, una biblioteca, fotografías, taxidermia y objetos de todo tipo en general. Abarca principalmente los siglos XVIII y XIX, y comprende la época romántica del toreo y las etapas donde se fraguaron grandes cambios hasta llegar a ser lo que hoy en día se entiende como corridas de toros.

El interés de la colección ha hecho que se realicen más de 40 muestras temporales en España, Portugal, Francia o Estados Unidos. Del mismo modo, objetos catalogados dentro de este compendio de arte y cultura han sido objeto de estudio por parte de especialistas para publicaciones de temática taurina.

La obra gráfica adquiere una gran dimensión gracias a la recopilación de las tauromaquias más importantes publicadas a lo largo de la historia. Es de especial relevancia la colección de carteles entre la época de Carlos III e Isabel II, considerada la más importante del mundo junto con la de la Biblioteca Nacional.

Las creaciones de Goya, Antonio Carnicero, Lake Price, Charles Whyte o Clark conviven con piezas salidas de los pinceles de Picasso, Dalí, Eugenio Lucas Velázquez, Roberto Domingo o Escarcena. La escultura alcanza también una dimensión importante con obras de Mariano Benlliure, Nacho Martín, José Puente o Sánchez Calzada.

Con vinculación directa con Málaga hay que reseñar, además de grabados, litografías y cerámicas, el vestido que Picasso diseñó para el maestro Luis Miguel Dominguín; a lo que se suman carteles de los siglos XVIII, XIX y comienzos del XX, y las valiosas esculturas modeladas por José Cubero en el siglo XIX conocidas como barros malagueños. Estas piezas vendrán a engrosar el patrimonio que el propio museo posee de toreros malagueños.

Vestidos de torear de Lagartijo, Antonio Fuentes, Bombita, Rafael El Gallo, Cagancho, Manolete, Paco Camino, Ordóñez, Julio Robles, Manuel Benítez El Cordobés, Curro Romero, Enrique Ponce, Espartaco, Miguel Ángel Perera, El Juli o José Tomás podrán contemplarse junto a otras piezas pertenecientes a Cúchares, Paquiro, El Viti, Litri, El Cid, la dinastía Bienvenida o Juan